Miquel Barceló ya ha realizado las primeras pruebas de los cinco
vitrales para dar luz a la cerámica que recubre la capilla de Sant
Pere de la Seu. A pesar de todo, la Fundació Art a la Seu aún no
tiene el dinero asegurado para hacer frente a esta segunda fase,
presupuestada en un millón de euros. El delegado diocesano de
Patrimoni y portavoz de la fundación, Pere Joan Llabrés, explicó
que se intensificarán los contactos «con empresas mallorquinas»
para que «antes de final de año» pueda firmarse el contrato para
los vitrales. Para hacerlo, es necesario que la fundación consiga,
como mínimo, un 33 por ciento del millón de euros acordado y, según
dijo mosén Llabrés, «hay ánimos y buenas perspectivas».
Además de empresas, la fundación volverá a tantear al Ajuntament
de Palma para que se implique en el proyecto «en la medida de sus
posibilidades». Hay que recordar que el Govern balear y el Consell
de Mallorca ya han hecho importantes aportaciones en la primera
fase. La última fue la institución insular, que dio 600.000 euros.
Los vitrales está previsto que se realicen en Tolosa. No serán
figurativos, sino, sencillamente, filtros de la luz natural.
Llabrés explicó que se trata de «una combinación de colores que
realzan la cerámica en sintonía con la luz mediterránea y otorgan a
la capilla de Sant Pere un ambiente adecuado para la plegaria».
El delegado diocesano de Patrimoni hacía pública esta
información después de la reunión ordinaria del patronato de Art a
la Seu, integrado por el Obispado, la Universitat de les Illes
Balears, el Govern, el Consell y Fundatur. En la reunión se aprobó
la presidencia de la fundación por parte del nuevo obispo, Jesús
Murgui, quien, en palabras de Llabrés, afronta el nombramiento «con
coraje y ánimo». Lo único que ha pedido es que «con la intervención
se respete mucho el carácter sagrado de la catedral».
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