Agustí Villaronga se encuentra inmerso en la que será su próxima
película. Por el momento, el filme se llamará «Bárbaros de
Occidente» y se centrará en la vida de François Augiéras, un
escritor y pintor francés que vivió en el Sáhara argelino. La
historia empezará a rodarse en la primavera de 2005. El mes que
viene, el realizador viajará a la zona para encontrar las
localizaciones.
-¿Cómo llegó a la figura de François Augiéras y qué te
atrajo?
-Me enteré de la existencia de Augiéras por Enrique Juncosa que me
recomendó «El viaje de los muertos». Me gustó su manera tan salvaje
y espiritual de interpretar el mundo, la manera que tenía de narrar
y ofrecer su propia vida, no como la típica biografía de datos y
fechas, sino desde sus impresiones viscerales ante lo que le
ocurría. También me gustó el exotismo del entorno y sus
implicaciones políticas, el Sáhara argelino mientras se comenzaba a
gestar la revolución. También me motivó Miquel Barceló, gran
conocedor de Augiéras. Muchas veces, rastreando la obra del pintor
francés, ha ido cambiando cuadros suyos por cuadros del pintor
francés.
-¿Cuándo decidió convertirlo en una
película?
-El verano pasado decidí escribir un guión para una película tras
estar más de diez años leyendo todos los libros de François
Augiéras y rebuscando en los materiales que se relacionaran con él,
tanto literarios como pictóricos. Me junté con un joven cineasta
argelino, Hamid Krim, y entre los dos hemos escrito «Bárbaros de
Occidente».
-¿Se tratará de un filme fiel a la vida de
Augiéras?
-«Bárbaros de Occidente» es sobre todo fiel al espíritu de
Augiéras. La ambición de querer abrazar su mundo al completo es lo
que me ha llevado a barajar siete de sus novelas, todas de carácter
autobiográfico, y dar así una dimensión más global. Sin embargo, a
pesar de recorrer experiencias de toda su vida, la historia se
sitúa en una sola época y un único marco geográfico.
-¿Dónde ha situado la acción?
-En el año 1945 en el Sáhara argelino, cuando Augiéras, con sólo 20
años, deserta de la Marina y hace su primer viaje al Sáhara,
cruzando el desierto en busca de la protección de su tío, un
coronel retirado en El Golea. He añadido un elemento político poco
presente en la obra de Augiéras: la rebelión argelina que comenzaba
a gestarse entonces y que desembocaría en una de las guerras más
cruentas del siglo pasado. Ese telón de fondo de la revolución
contra el imperialismo colonial francés es un tema imprescindible
ya que ayuda a mostrar la importancia política del transgresor, de
bárbaro de occidente como se llamaba Augiéras, e ilustra
perfectamente la confrontación entre la vieja Europa y el
primitivismo del Sur. Algo parecido al enfrentamiento actual entre
el llamado mundo democrático y su manipulación sobre el mundo
árabe.
-¿Cómo presentará a François Augiéras? ¿Qué facetas
destacará de su personalidad?
-Quizás después de ver la película, habrá gente que se irá con la
impresión de que Augiéras era un zumbado, otros un místico, otros
un aventurero. Es alguien muy complejo y esa complejidad es una de
sus mayores virtudes. Henry Miller, refiriéndose a él, escribió que
cuando en las ciudades comiencen a morir los poetas siempre habrá
lugares donde podrán subsistir. El desierto es uno de ellos, creo,
y a Augiéras lo veo sobre todo como un poeta. Si las palabras de
Miller, en defensa de un mundo más espiritual, antes tenían un
sentido, hoy en día tienen mucho más.
-¿Será un retrato intimista o global?
-En el guión hay cinco personajes principales, tres de ellos
europeos y dos árabes. Sin embargo, los cinco personajes son el
mismo personaje. Todos participan en cierto modo del espíritu de
François Augiéras. Como si todos estuvieran hechos de lo mismo
aunque con las variantes que da la edad y las influencias del
entorno específico de cada uno. Es como si me hubieran encargado la
biografía de alguien famoso con motivo de un centenario y en vez de
preocuparme por dar todos los datos biográficos importantes con sus
cronologías, me centrara en transmitir la manera de ver el mundo de
esta persona y que los personajes participen de ello.
-Encontrar producción para sus películas siempre es
difícil, como usted mismo asegura. ¿Cómo ha logrado llegar hasta
una productora francesa?
-Al terminar el guión intenté levantar la película en España y tuve
problemas. O no les interesaba el proyecto o las condiciones que me
ofrecían no me acababan de gustar. Ya conocía a Paulo Branco, que
había coproducido desde Francia «El Mar». Hablé con él, leyó el
guión y decidió producirla. Por supuesto habrá una pequeña
participación española, pero la película se rodará en francés, con
actores y equipo francés y con la mayor parte de financiación
francesa. Por sus características, este proyecto es más próximo a
la cultura francesa que a la nuestra.
-¿El Sáhara se convertirá en uno de los
protagonistas?
-El desierto es muy poderoso. Así como en una película urbana la
ciudad acaba por imponerse, en una película que transcurre en el
desierto éste va a tener vida propia. Esperemos que no se nos coma
y sea un buen amigo.
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