David Bisbal llenó la plaza de toros de Palma. Foto:TERESA AYUGA

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NICO BRUTTI

Ante una verdadera multitud donde las mujeres eran mayoría absoluta, el almeriense David Bisbal coronó una noche de sábado estupenda en la abarrotada plaza de toros de Palma, desplegando todo su carisma y plasticidad, exigiéndose y exigiendo a sus músicos hasta el límite, repasando todos sus éxitos, en un set inolvidable para muchos, de casi dos horas de duración. En punto a las diez, las luces parpadearon por unos segundos y todo quedó a oscuras. Rugió la multitud y los primeros acordes dieron paso a la primera canción. Bisbal bajó por una especie de tobogán ataviado con una camisa de manga corta color rojo, vaqueros y zapatos con plataforma. Las pantallas reproducían lo que el escenario entregaba, todo como muy de video clip, rápido, nervioso y extático. Entre la primera y la segunda canción la estrella saludó al Coliseo petado de gente: «Buenas noches, Mallorca, es un gusto estar aquí, por fin puedo saludarles a todos».

Niñas y no tan niñas, emocionadas por las palabras del cantante, rompieron a llorar, mientras miles gritaban y extendían sus brazos, en una imposible tentativa por tocar a la figura. El ídolo, que parece conocer muy bien su curro, manejó la audiencia a su antojo. Se calmó cuando hizo falta, se esmeró cuando se lo requirió, fue sexy cuando la ocasión así lo pedía y romántico sin remedio cuando fue preciso. No se saltó ninguna línea de lo estipulado, actuó e interpretó según el guión configurado de antemano e hizo feliz, aunque parezca banal el término, a las más de diez mil almas reunidas en la plaza.

Apoyado en una docena de personas arriba del escenario, entre músicos, bailarinas y coros, el almeriense derramó sobre la arena y el tendido cada una de las canciones que lo catapultaron a la fama, el éxito y el reconocimiento internacional. «Corazón latino» fue el primer plato fuerte de la noche que puso a bailar a toda la gente, sin excepción. Nunca dejó decaer la atención, derrochando simpatía y simplicidad. «Ave María», «Amores del sur», «Bulería» y «Boom, boom», marcaron la cúspide de un concierto impecable, organizado como pocos y de donde todos salieron contentos.