José y David parecen colegas salidos de un bar dispuestos a
compartir otra caña. Nada que ver con las estrellitas que como
piedras, aparecen aquí y allí. Y eso la gente, al menos parte de
ella, lo percibe perfectamente. Fue lo que pasó anoche en el Lluís
Sitjar pasadas las diez de la noche y por espacio de algo más de
dos horas y ante más de 10.000 espectadores. Los Muñoz conquistaron
a los pocos escépticos que mantenían una actitud de reserva
respecto al dúo y se entregaron como la inmensa mayoría al encanto
de Estopa. El grupo presentaba en Palma su tercer disco, «¿La calle
es tuya?». Desde la tarde el movimiento en las inmediaciones del
viejo estadio del Mallorca era intensa. Nadie quería quedarse con
las ganas de estar dentro, lo más cerca posible del gran escenario
montado dentro del campo de juego para estar allí, cerca, bien
cerca de lo que para muchos chavales son simplemente «colegas».
Antes del concierto, los hermanos Muñoz ofrecieron una rueda de
prensa en la que dejaron claro cuáles eran sus intenciones:
«Nuestro directo debe servir para que la gente baile, cante, se
descamise y salga con un buen sabor de boca».
Una declaración de principios que demostraron desde los primeros
acordes. Abrieron el concierto con un «Bon dia Mallorca, bon dia
Palma. Un recuerdo cariñoso a todos los pueblecitos» para, entre
canción y canción, explicar cosas como que «este disco es más
rumbero». No más bajaron el telón que cubría el escenario,
aparecieron los Estopa y la multitud congregada rugió a pleno.
Arrancaron con una canción de su último trabajo, «Fin de semana».
La segunda, un viejo corte con el que se dieron a conocer hace
cuatro años, «Cacho a cacho». Pero el primer plato fuerte de la
noche fue su ya super conocido tema y preferido de David, otro
corte muy difundido de su reciente disco, «Tragicomedia». El Lluís
Sitjar vibró como en jornadas memorables, y en la que el público
acompañó con su voz toda la canción. Muchos se codeaban y sin poder
creerlo. Las chicas repetían como en una letanía lo guapo que
estaban los hermanos Muñoz, «aunque a mí», confesaba una chavala de
no más de quince, «el que más mola es José».
Ajenos a los cotilleos sentimentales y no tanto, los Estopa
siguieron desplegando carisma, humildad, sencillez y simpatía,
repartiendo su música, una extraña y sin embargo efectiva y
convincente combinación de rock, rumba y pop, con un toque
flamenco. Más tarde llegó «Nació pa la alegría», canción que
completaron con imágenes animadas proyectadas en una pantalla
gigante situada detrás del escenario. Lejos de alardear con su
condición de stars, los Estopa animaron sin parar al repleto
estadio, agradeciendo y compartiendo espectáculo. Hubo tiempo para
los homenajes, de la mano de «Apagón», dedicada a Los Chichos, y
otra nada cariñosa para el presidente Bush, «Demonios». El set
también tuvo su momento de calma, iniciado con «Cuando cae la
luna», una bonita balada con base de rumba clásica con el agregado
de un contrabajo en escena. «Vino tinto», «Necesito medicación», y
la muy festejada «Me falta el aliento». Para el final, se
reservaron «Ya no me acuerdo», «La raja de tu falda», «Partiendo la
pana», «Poquito a poco» y «Tu calorro». Bestial.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.