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N.ABAD/L.MOYÀ

Artistas, galeristas y representantes de la cultura institucional se han citado hoy para celebrar un almuerzo en la Fundació Pilar i Joan Miró que dará inicio extraoficialmente a los actos programados para la VII Nit de l'Art. Algunas de las galerías, centros culturales y museos que abrirán esta tarde sus puertas paulatinamente a partir de las 19.00 horas hasta medianoche presentaron ayer sus propuestas para la temporada expositiva que hoy empieza. El Casal Solleric inaugurará a partir de las 20.00 horas una triple exposición: «Beverly Pepper. Una poética de l'espai», primera retrospectiva que se celebra en España de la escultora neoyorkina; «X Anys de Tallers d'Obra Gràfica. Fundació Pilar i Joan Miró», muestra ecléctica que repasa la intensa y multidisciplinar actividad realizada en los espacios que Joan Miró dio a Palma para jóvenes artistas de todo el mundo; e «Into the frame», de Darío Urzay, instalación que mediante el uso del vídeo incide en la dialéctica positivo-negativo.

La galería Ferran Cano presenta bajo el título «Múltiples» una serie de 150 lienzos de Bernat Sansó, cuya disposición da lugar a numerosas lecturas cargadas de simbolismo. Este mismo carácter se imprime en las dos propuestas que inaugura La Fábrica de Licors: la acción fotográfica «Interferencias», de Paz Alcoverro; y la instalación «Amor propio», de Marcos Vidal, una protección contra el azar. Teresa Matas recrea en la Joan Guaita un recordatorio de hechos dolorosos a través de una serie de lienzos, vestidos y telas que sirven a la artista para expulsar los demonios de la sociedad. El dolor de niñas y mujeres violadas son un toque de atención para el espectador, como los cuadros de Natxo Frisuelos en la Sala Pelaires. Frisuelos presenta el momento en que vivimos, caótico y marcado por el consumismo, en su primer montaje individual.

La paz y la tranquilidad se darán cita en la Lebasi con Miquel Segura y Gorriomoixa. Sus cuadros y esculturas, respectivamente, surgen de una forma intuitiva y muy personal, como la obra de Fernando Fuster en Altair, mucho más enérgica y frenética. Fuster muestra su pintura autodidacta y nada programada.