Lloyd-Webber, ayer en Palma. Fotos: JAUME MOREY/HUMPHREY CARTER

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JASON MOORE

Lord Andrew Lloyd-Webber ha estado muy ocupado cantando las maravillas de la Isla desde que compró una casa aquí, hace casi dos años. El empresario teatral adora Deià, localidad que le ha permitido encontrar otro elemento vital que a menudo pasa desapercibido: «Aquí hay algunos de los mejores restaurantes del mundo», afirmó. Sabe de lo que habla, ya que durante años fue crítico gastronómico del «Daily Telegraph». Lloyd-Webber participará este fin de semana en el festival literario de Deià, donde se proyectarán nueve minutos de la versión cinematográfica de «El fantasma de la ópera».

-¿Qué le trajo a Mallorca?
-En realidad fue un error. Durante años, tuve una casa en la Riviera francesa, lugar en el que me crié, pero llegó un punto en que el ambiente empezó a disgustarme. Un día, sir David Frost me habló sobre Mallorca, isla que conocía tras venir a entrevistar a Michael Douglas. Decidí venir y, cuando llegué, me alojé en la Residencia con tan mala suerte que al día siguiente empezó a llover. Una de las pocas cosas que puede hacerse en estas circunstancias es buscar casa, por lo que empezamos a buscar hasta encontrar una casa en la parte alta del pueblo.

-¿Con qué frecuencia viene?
-Como mínimo una docena de veces, pero creo que volveré en más ocasiones. Deià es un lugar encantador, espero que no se estropee con el tiempo.

-¿Qué aportará el festival literario a Deià?
-Es difícil saberlo. Simon Finch ha conseguido un gran éxito en el festival galés de Hay. Lo mejor que puede hacerse es apoyar su iniciativa desde el principio hasta el final. Creo que Mallorca tiene más que ofrecer como lugar que el festival de Hay.

-¿Ha considerado incluir Mallorca en uno de sus musicales del West-End de Londres?
-No lo sé. Lo que pasa con los musicales es que necesitas una buena historia y éstas no crecen en los árboles. Pasé mucho tiempo buscando «La mujer de blanco», mi último éxito. Este año se estrenará la adaptación cinematográfica de «El fantasma de la ópera» y tendré que recorrer el mundo para promocionarla. Primero debo terminar la gira. Después podré empezar otros temas.

-¿Qué consejo daría a las compañías mallorquinas que están empezando?
-Lo más importante es conseguir que lo que se escribe se interprete sobre un escenario. Cuando Tim Rice y yo empezamos queríamos que nuestro trabajo se viera en el West-End pero no lo conseguíamos, así que lo llevamos a una escuela. La obra fue muy bien y llamó la atención del público. Seis meses más tarde el «Sunday Times» hizo una crítica y continuamos. Siempre se está buscando nuevo material, estoy seguro que si una buena obra nace aquí los productores del West-End vendrán rápidamente.

-¿Qué momento vive el West-End londinense?
-La congestión que han vivido los teatros no ha finalizado, por lo que deberían ser ayudados. El gobierno está muy concienciado con los problemas y está intentando ayudar.

-¿Se respira una buena atmósfera?
-Sí. El éxito de los musicales irá en aumento, pero creo que el teatro más clásico sufrirá porque no está preparado para las audiencias modernas.

-¿Cómo ve el futuro?
-He escrito 14 musicales y, por el momento, no haré más. Si la película sobre «El fantasma de la ópera» es un éxito, algo en lo que confío plenamente, a Hollywood se le ocurrirá producir más musicales como «Chicago», que fue un éxito. Si funciona, me gustaría trabajar en el cine.