El fotógrafo Toni Catany, en su casa de Barcelona. Foto: CARLES DOMÈNEC

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CARLES DOMÈNEC| BARCELONA

Es el fotógrafo mallorquín con mayor prestigio internacional de la actualidad. Toni Catany vive en Barcelona, muy cerca de las Ramblas, en una casa-estudio en la que el tiempo parece detenido, llena de referencias fotográficas, libros y objetos delicados. Retrata su universo particular, el que ha ido fabricando con los años, viajes y vivencias. Sus imágenes descubren la memoria, el paso del tiempo, la humanización de objetos y paisajes. Acaba de inaugurar una exposición en Barcelona, está a punto de publicar un libro sobre Liébana y prepara una gran edición dedicada a Venecia.

-Acaba de presentar en la sala Trama una exposición con obra inédita de gran formato.
-Se trata de 12 obras de grandes proporciones y 25 de pequeño formato en las que he utilizado la técnica Giclée. Son tirajes sobre papel de alta calidad de algodón y con tintas resistentes al tiempo y a los rayos ultravioletas.

-Las fotos son digitales. ¿Le gusta usar la técnica para experimentar?
-Cada tema tiene su formato más adecuado. Las ampliaciones de la exposición miden dos metros y con la tecnología digital no pierdo definición. Lo digital me interesa porque veo una gama de colores que no se da en la fotografía tradicional. El resultado me deja satisfecho.

-A finales de enero saldrá al mercado «Liébana infinita», ¿en qué consiste?
-Es un libro que me encargó el gobierno de Cantabria. Fue una sorpresa. Era la primera vez que me enfrentaba con la alta montaña. A mí me gusta más el mar pero fue muy interesante. Fotografié, durante la primavera pasada, lo que me hizo vibrar.

-Sus fotos tratan la memoria y el paso del tiempo. ¿Cuál es su proceso de reflexión?
-Con la fotografía no reflexiono mucho pero procuro ser sincero y hacer lo que me gusta. Estoy fuera de las modas, pero tampoco paso de moda. Con mis fotos, me reflejo a mí mismo y, por lo tanto, enseño el paso del tiempo, la vida y la muerte.

-¿Artista o documentalista?
-No tengo nada de documentalista porque le doy la vuelta a todo. Plasmo mi mundo y mis vivencias. A veces, como en un trabajo que preparo sobre el trópico, mitifico el pequeño mundo que conozco. De esta manera, salgo yo a través de las fotos.

-¿En qué proyecto trabaja?
-En un libro sobre Venecia que me obsesiona. Habrá una primera parte con fotos de hace años y el bloque principal, con las más recientes. Desde 1969 he visitado Venecia unas 15 veces. También incluirá una breve introducción.

-¿Qué le gustaría fotografiar?
-Me encantaría poder retratar una colección de gente para una revista o un dominical, con fotos bien hechas, de forma periódica. Pero eso nadie me lo encarga.

-¿En qué artistas se reconoce como fotógrafo?
-Admiro a muchos sin reconocerme en ellos. Lo que más me gusta de la historia del arte es la pintura flamenca y el renacimiento italiano. Últimamente, me he empapado de pintura veneciana. Sobre los contemporáneos, Miquel Barceló es extraordinario. Le he visto trabajar y me dejó con la boca abierta porque sabe lo que hace. Es muy figurativo y eso vuelve a gustar después de una época de desprestigio.

-Algunas de sus fotos recuerdan a clásicos como Stieglitz, Echagüe o Sander.
-Todos estos fotógrafos me gustan mucho y lo que hago se parece algo a lo suyo. En el libro de Venecia hay fotos que parecen las de Stieglitz porque me salen así. Uno de mis preferidos es Paul Strand. Mi manera de retratar se parece a su estilo, frontal, con la persona seria y mirando a la cámara. Es curioso porque mis fotos digitales parecen hechas con técnicas antiguas.

-La mayoría de sus fotos no son de Mallorca pero todo el mundo identifica su mallorquinidad fotográfica.
-Me siento muy de Llucmajor. Pasé los primeros 18 años de mi vida allí, los de formación. No he perdido mis raíces. Cuando voy a Llucmajor, sigo siendo ese chico de 18 años. Todo lo sigo viendo desde Mallorca aunque viva en Barcelona. Mallorca no es el centro de nada pero lo es, para mí.

-¿Cómo describiría su evolución como fotógrafo?
-Ahora conozco mejor lo que quiero, he simplificado las cosas. Cuando sabes lo que quieres, ya tienes la mitad del trabajo hecho.

-¿Qué importancia tiene el cuerpo en sus fotografías?
-Me interesa lo humano. Cuando fotografío un paisaje me interesa humanizarlo. Siempre busco la presencia humana.