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The Blind Boys of Alabama empezaron su andadura musical en 1939. Durante sus primeros cuarenta años de vida se dedicaron en exclusiva al circuito de la música gospel tradicional. No fue hasta 1983 cuando su carrera dio un vuelco. Ese año su participación en el drama musical «The Gospel at Colonus» les abrió las puertas del éxito, un éxito que no les ha abandonado desde entonces. Hoy pondrán el broche final a la segunda edición del Jazz Voyeur Festival en el Auditòrium.

Billy Bowers, Ricky McKennie, Jimmy Carter y Bobby Butler presentaron ayer en Palma la actuación, que se centrará en «el mejor gospel de los Blind Boys of Alabama», según Carter, uno de los miembros fundadores de la formación. «Improvisaremos y bailaremos todo el rato, estamos en plena forma». A pesar de que la música gospel nació para interpretarse en las iglesias, hoy en día se ha expandido por todo el mundo y por todo tipo de escenarios. «Cuando empezamos, cantábamos para el público negro. Con los años, sin embargo, las audiencias se han abierto, lo que ha significado un cambio». En la actualidad «la gente entiende cada vez más lo que se canta y lo que se dice, no se queda en la barrera idiomática». «Cantamos desde el corazón, nuestra música es capaz de llegar al corazón de las personas», dijo Carter.

Uno de los mayores éxitos de la banda vino de la mano de Peter Gabriel, quien editó en su sello discográfico Real World los álbumes «Spirit of the Century» y «Higher Ground». «Fue un placer trabajar junto a Peter Gabriel. Hicimos una gira juntos por Estados Unidos que supuso una gran y hermosa experiencia para nosotros». Antes, ya habían empezado a adaptar al gospel temas de músicos que nada tenían que ver con este estilo como Tom Waits, Bob Dylan, Ben Harper o Stevie Wonder, entre otros. «Hemos realizado muchas adaptaciones, intentando acercar a nuestro estilo canciones de otros. La gente necesita de los otros. Además, intercambiar experiencias funciona porque se aprenden cosas nuevas». Preguntados sobre cómo definirían el gospel, dijeron que «siempre son buenas noticias». «El gospel son noticias de Dios y, por tanto, son buenas noticias». Aún así, no «es necesario ser creyente para cantar».

Por otra parte, Roberto Menéndez, director del Jazz Voyeur, aseguró que esta segunda edición ha sido «una buena experiencia». «Estamos contentos con los resultados, hemos conseguido desestacionalizar el festival. Nos gustaría que el próximo sea igual de jugoso y, también, poder ofrecer jazz todo el año».