La primera sala de la exposición. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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El monasterio de la Purísima Concepción de Palma acoge hasta el próximo 8 de enero la exposición «La mirada del poble. Art, costumari i religiositat» que muestra los diferentes aspectos de la religiosidad popular. Las obras de arte, los objetos y las piezas de mobiliario que se exhiben acercan al espectador a diferentes aspectos de la cultura y la etnografía mallorquina y, en particular, a algunos aspectos y festividades propios del ámbito conventual. Este año, además del fondo del monasterio de las Caputxines, se ha contado con una importante participación de prestadores externos.

La exposición, comisariada por Aina Pascual y Jaume Llabrés, se divide en seis salas. La primera está dedicada a la pintura religiosa anónima de los siglos XVII y XVIII en Mallorca, centrada en el tema de la Virgen María y el Niño Jesús. De la segunda destaca una curiosa auca pintada que servía para enseñar a leer mediante diferentes representaciones gráficas y que lleva escrita una glosa popular sobre san Vicenç Ferrer. En la tercera sala pueden encontrarse varias figuras de vestir restauradas este año por Magdalena Vidal y, además, pueden verse las tijeras y trozos de telas que las monjas empleaban para bordar.

La cuarta sala contiene la tabla de la Crucifixión pintada por Miquel Oms en 1585, la pintura más antigua que conserva el convento. El resto de las piezas tienen que ver con la religiosidad popular, destacando cuatro escenas de fiestas y romerías: la Bonanova, la Real, Sant Marçal y el carro de la Beata. «Llama la atención la romería a la Real, en la que el autor caracterizó los diferentes personajes de la sociedad mallorquina», según Llabrés. Este espacio también acoge otra curiosidad, una jarra policromada con la imagen de Ramon Llull y una àvia quaresma menorquina. La quinta, un nuevo espacio habilitado hace poco, muestra la colección de cerámica del convento que se guarda en dos armarios de madera del siglo XVIII y una vitrina encastada en la pared. También puede verse una selección de las cajas que se conservan en el monasterio. Dentro de una hay cuatro perritos de juguete que estaban en el belén. La última sala contiene la colección de belenes del convento.