Francisco Ferrero Campos, director del Instituto Cervantes de
Bruselas, fue el encargado de impartir ayer por la tarde en la sede
de la Fundació La Caixa de Palma la conferencia «Libros de
caballería. De 'La Faula' de Guillem de Torroella a 'El Quijote' de
Miguel de Cervantes». El acto, organizado por eClub Última Hora, se
enmarcó dentro del homenaje que ayer recibió Torroella en el Port
de Sóller, lugar en el que por la mañana se inauguró una escultura
conmemorativa de Gloria Mas dedicada a su figura.
Ferrero, que fue presentado por Gabriel Janer Manila, director
del Institut d'Estudis Baleàrics, repasó «La Faula» y disertó sobre
las características de las novelas de caballería, entre las que
destacó «El Quijote» de Miguel de Cervantes. El director del
Instituto Cervantes de Bruselas comenzó por el principio. «El
primer ingrediente de las novelas de caballería es el caballo, sin
él no hay novelas de caballería. Aunque suene a perogrullada, es
así», admitió. Incluso apuntó que «su figura ha sido más importante
que la rueda, porque hizo que el hombre se desplazara de un lugar a
otro». Ferrero citó el factor equino porque, según señaló, «es
fundamental tener en cuenta la prehistoria para entender las
novelas de caballería».
Entrando directamente en matería repasó algunos valores de «La
Faula». «Está narrada en primera persona desde el primer verso
hasta el 1268 y salta de una acción a otra y de un mundo a otro, ya
sea bíblico, real o paradisíaco». Incluso se aventuró a decir que
la obra «está cerca de la literatura mariana porque invoca al señor
-al padre o al hijo-, para aliviar miedos». Pero Ferrero fue
tajante a la hora de calificar lo que le aporta a «La Faula» lo que
el llamó una «combinación de mundos». «Torroella Mezcla ficción y
realidad y lo fabuloso con lo cotidiano», setenció.
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