Lluís Colom se transforma en «Àngel» en un ángel de la guarda
encargado de seguir el desarrollo vital de una joven, desde su
infancia hasta su madurez. Cada sábado desde el pasado mes de
noviembre, el actor se sube al escenario del Cafè Al Vent para
ofrecer el mismo texto pero lleno de registros diferentes. Es un
ángel lleno de matices.
«Mi deber es intentar ayudar a una niña a crecer», afirmó el
actor. Sin embargo, su personaje «no acaba cumpliendo las reglas
establecidas», por lo que debe terminar «tomando una decisión que
marcará su trayectoria». Autor y único protagonista de la historia,
Colom ideó «Àngel» hace cinco años. La obra nació como cuento y,
después, la dramatizó para escenificarla en institutos y algún que
otro café o teatro. «Ahora, actuar en el mismo lugar me ha
permitido encontrarle el punto a la pieza».
Una pieza que cada sábado cambia. «Desde el principio tuve claro
que el texto sería el mismo en cada representación». No hay
improvisación textual pero sí emocional. «Aplico diferentes
matices, adaptándome al público de cada noche». De esta manera, la
historia «a veces es triste y, otras, alegre». «Me siento
totalmente libre. Juego con los imprevistos, me obligo a descubrir
nuevos elementos, pero siempre desde la fidelidad a la letra».
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