El escritor catalán Lluís Maria Todó critica en «El mal
francés», que anteanoche consiguió el Premio Josep Pla de prosa en
catalán, el «discurso monolítico nacionalista» que, en su opinión,
se ha instalado en Cataluña desde los años 70. Todó aseguró que se
ha pasado de una Cataluña «polifónica» en 1969 a una «monolítica y
sin disonancias» hoy. El nacionalismo, añadió, «es una forma de
religión», mientras que él se definió «ateo en política». Todó dijo
que «el gran fracaso de Cataluña y el gran éxito del Gobierno
catalán es hacer creer que por el hecho de ser catalán eres
nacionalista y no puedes ser españolista».
«Por nacer en Cataluña no tienes que ser nacionalista, igual que
por ser italiano no has de ser seguidor de Berlusconi». Y señaló no
temer que estas críticas le arrinconen ya que «más marginado que
estoy, ya no puedo» recordando que no fue llamado para la Feria de
Guadalajara o el Año del Libro y la Lectura. «El mal francés»
describe cómo un narrador que sufre un bloqueo narrativo encuentra
unos viejos diarios de 1969, escritos mientras estudiaba en la
universidad y que describen la época en la que deja embarazada a su
novia y descubre su homosexualidad.
Por otra parte, Eduardo Lago, ganador del Nadal con «Llámame
Brooklyn» relata la historia de un periodista del «New York Post»
que recibe la noticia de que su amigo Gal Ackerman, veinticinco
años mayor que él y de origen español, ha muerto. El suceso le
obliga a cumplir un pacto tácito, rescatar de entre los cuadernos
del fallecido una novela a medio terminar. Lago vive en EE UU.
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