Historias propias y otras recogidas del libro «Creí que mi padre
era Dios», de Paul Auster, son la base de «Una nit vaig somiar que
mon pare era Déu». A través de ella, el actor, y en esta ocasión
también director, Salvador Oliva, teje una obra en la que busca
hablar libremente de los temas que le interesan con una intención:
«Hacer que el espectador se implique teniendo en cuenta que tiene
sus ideas formadas y que éstas, probablemente, no cambiarán»,
explicó Oliva. La pieza se representará desde hoy y hasta el
domingo en el Teatre Sans (Palma).
El racismo, el amor, la muerte, la amistad o la guerra aparecen
en la obra, una obra en la que el protagonista es el propio Oliva.
«La pieza me permite hablar de lo que siempre había querido hablar,
me siento libre». Narrada en primera persona, la historia busca
romper la famosa cuarta pared e «implicar al espectador». «Me
considero un actor comprometido, pero tampoco pretendo buscar
moralejas o presentar una pieza panfletaria. 'Una nit vaig somiar
que mon pare era Déu' es teatro directo, real, palpable».
La elección de Paul Auster fue sencilla, «siempre me ha
gustado», aunque el actor quiso ir más allá e introducir sus
propias vivencias. «Me baso en el texto de Auster. Sin embargo,
introduzco mis propias vivencias». El resultado: «Una obra sin un
texto definido que cambia cada noche según la implicación de los
espectadores».
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