Felizmente contentos deben estar en estos momentos Pep Suasi y
Guillem Cerdà. Ya pueden, pues el reconocimiento de su gente es el
mejor halago y regalo que se les puede ofrecer por quince años de
Fora des Sembrat. Un tiempo en el que las cosas han cambiado mucho,
pero lo que continua inamovible es la energía de un Suasi que acabó
por soportar todo el peso de la celebración llevada a cabo el
viernes enel Auditori d'Alcúdia.
Homenajeado por excelencia, maestro de ceremonias, motor de una
velada a ritmo vertiginoso. Está claro que algunas cosas se le
escaparon, no podía ser de otra manera, de no ser que se llevara
más tiempo de ensayo que el posible.
Ahí estuvieron todos sus amigos, quizá más en el escenario que
en el patio de butacas, aunque este acabó repleto. Y digo en el
escenario porque sólo al final, cuando salieron a saludar todos
juntos, uno pudo hacerse una idea de la enorme cantidad de gente
movilizada para el evento. Ahí estuvieron Albert Candela, Víctor
Uris, Joan Bibiloni, Joan M. Oliver, Pau Debon, Miquela Lladó, Toni
Pastor, Marta Elka, Rafa Ferrà, Cap·pela, Cris Juanico, Josep
Thió, Pemi Fortuny, la Camerata Sa Nostra, etc... para testimoniar
ese respaldo emocional y cariñoso.
En lo musical, no rodaron mal las cosas en ese repaso por los
quince años de trayectoria, y eso que ordenar tanta densidad de
músicos no resulta sencillo. Altibajos, evidentemente los hubo,
pero fueron soportados sobre todo por el gran trabajo de Emili Gené
que inició la velada a dúo con Suasi, y ahí continuó, y Tolo
Servera desde la guitarra. A destacar algunos momentos con la
Camerata -buen trabajo de Cuenca en los arreglos-, aunque las
mayores flaquezas se mostraron con los diversos duetos vocales con
un Suasi tenso y algo nervioso, un sonido con sus más y sus menos,
y una escena que no acabó de funcionar con la perfección
requerida.
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