El artista holandés Karel Appel, pilar y cofundador del movimiento artístico Cobra, murió el jueves a los 85 años en la ciudad suiza de Zurich, donde residía.
Pintor y escultor, Appel está considerada una importante figura del expresionismo nórdico de la segunda mitad del siglo XX, pero sobre todo se le conoce por su implicación en la corriente artística denominada Cobra, en referencia a las ciudades de Copenhague, Bruselas y Amsterdam, y que trajo aires nuevos al arte en los años 50.
En este movimiento, precursor del informalismo, también participaron Constant, Corneille, Asger Jorn, Dotremont y Alechinsky.
Appel se consideraba un artista poco dogmático que quería pintar «instintivamente, como un niño» y lamentaba que se le asociara solamente al movimiento Cobra.
Nació en Amsterdam en 1921 y pintó hasta poco antes de su fallecimiento. Los colores vivos y violentos, los trazos gruesos con gran cantidad de pigmento y una insólita libertad de movimiento caracterizan todo su trabajo.
Con el tiempo pasó del tono dramático del expresionismo que le convirtió en el artista con mayor proyección de la generación holandesa de la Postguerra a temas más impresionistas, los cuales, debido a una enfermedad, ya sólo podía pintar sentado. Aún así, la energía que siempre caracterizó su arte seguía presente con gran fuerza.
Vivió en Holanda, en varias ciudades de Bélgica y en Francia, y finalmente en Zurich. Expuso en todo el mundo y tras su muerte deja un amplio legado.
En Mallorca, su obra puede observarse en el Museu Es Baluard, expuesta dentro de la colección permanente del centro. La vinculación del artista con Mallorca fue más allá que unas simples visitas. Su admiración por esta tierra le llevó incluso a realizar planes para adquirir una propiedad, finalmente la operación no se llevó a cabo.
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