El compositor y director Manuel Moreno-Buendía, ayer tras su llegada a Palma.

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CELIA HEREDIA

Manuel Moreno-Buendía (1932) es un compositor de reconocido prestigio en todo el mundo. Con 26 años obtuvo el Premio Nacional de Música y esta noche, a las 22.00 horas, estrena, en la XXXVI edición de las Serenates d'Estiu del Castell de Bellver, el «Concierto Goyesco». Una obra que nació con vocación de homenaje al pintor Francisco de Goya y que Moreno-Buendía compuso pensado en los acordes del guitarrista mallorquín Gabriel Estarellas, que reside en Madrid. «El mejor guitarrista del mundo», en palabras del compositor.

Moreno-Buendía comenzó su relación con la música a la temprana edad de 8 años, cuando su tía le daba clases de solfeo y piano. Llegó a Madrid procedente de Murcia y comenzó sus estudios en el conservatorio. A los 26 años, Moreno-Buendía ya obtuvo el Premio Nacional de Música con el que pudo confirmar que no se había equivocado de profesión. «Al principio, mi familia no estaba de acuerdo por que decían que se trataba de una profesión arriesgada», explicó el compositor, pero, «a partir de aquel momento, tuve claro que sin la música ya no podría vivir». El artista confesó que «para componer y dirigir hay que estar muy decidido y tener mucha vocación».

Para el maestro, «la esencia de la música radica en que ésta pueda ser entendida por todo el mundo sin tener nada que exigir al público». El compositor percibe la música como «un lenguaje universal». «Un lenguaje envuelto en una belleza difícil de encontrar» basándose en la frase de Leonardo Da Vinci: «La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte».

Considera que sus obras son como sus hijos. «Todas son especiales para mi, porque he trabajado mucho en cada una de ellas». El «Concierto Goyesco» es su última creación, que se estrenará esta noche, y que compuso pensando en Gabriel Estarellas. Al compositor y al guitarrista les une una gran amistad desde que un día Estarellas le pidiera al maestro que le dejara interpretar su «Concierto del Buen Amor», inspirado en la célebre obra del Arcipreste de Hita. «Me siento feliz cuando escucho mis composiciones en su guitarra», porque «Estarellas y yo hablamos el mismo lenguaje», aseguró el artista, y añadió que «la música que sale de las cuerdas de su guitarra contiene algo que llega al interior de las personas».