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J.A.ORDINES

El doctor Josep Antoni Alcover, del grupo de Paleontología del departamento de Recursos Humanos del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (Imedea), ha confirmado el hallazgo de una cueva casi intacta en un lugar remoto de la Serra de Tramuntana que contiene restos prehistóricos. La cueva se ubica en la costa de Pollença y tiene unos 40 metros cuadrados, de los cuales se han excavado la mitad durante este agosto bajo la dirección de Lluís Plantalamor, director del Museu de Menorca, y el propio Alcover. Entre los restos hallados destacan trozos de cerámicas incisas que datan del 2.000 a.C. y corresponden a la primera cultura que habitó la Isla. Al tratarse de una cueva poco visitada y que no ha sufrido expolios podría detallar la cronología de la llegada de los primeros humanos y del contacto de los humanos con la fauna autóctona.

«Una hipótesis que nos planteamos es que la cueva fuera un corral natural para los animales. Seguramente, después se llevaban los cabritos al poblado. Mientras habitaban la cueva se alimentaban de estos animales porque abundan los restos de cabritos. No iban todo el año, sólo en la época en que este mamífero era más joven». Según el experto, se trata de una ocupación marginal, pero que puede ilustrar cronologías cerámicas y estilos de vida del pasado.

Durante estas semanas, se ah excavado hasta los 80 metros de profundidad y se han encontrado diferentes niveles estratigráficos que confirman que hay cuatro niveles bien diferenciados de ocupación de la cueva, todos prehistóricos. De los cuatro niveles, el más antiguo data del 2.000 a.C. y el más moderno llega hasta el talayótico reciente. Ésta es una de las cosas más interesantes que ha aportado la excavación: que se encuentra una sucesión estratigráfica de la prehistoria de Balears que no se halla en ningún otro yacimiento de Mallorca.