El poeta Antonio Gamoneda obtuvo ayer el Premio Cervantes 2006 que concede el Ministerio de Cultura. Dotado con 90.180 euros, rinde anualmente público testimonio de admiración a la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico. Los Reyes le entregarán el galardón el próximo 23 de abril. Antonio Gamoneda es una de las voces más hondas y singulares de la poesía en lengua española, un poeta que ha hecho de la memoria, el dolor y la oscuridad su material poético, lleno de vida y consuelo.
Nacido en Oviedo el 30 de mayo de 1931, a los dos años, y tras la muerte de su padre, se trasladó a León, donde dirige la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza. De formación autodidacta y tras empezar a trabajar en 1945 como recadero en un banco, actividad que compaginó con estudios medios, Gamoneda publicó sus primeros poemas en 1960, como los escritos en 1947 Sublevación inmóvi. En ese mismo tiempo escribió Blues castellano, que entonces no editó por razones de censura.
Gamoneda comenzó así una poesía alimentada con su propia vida y experiencia, marcada siempre por «la huella ética que penetrará en toda su obra», como recordó el jurado del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana cuando le concedió el premio, un galardón que recogió ayer en el Palacio Real, de manos de la Reina. Incrustado sólo por edad en la Generación de los 50, vivió activamente la resistencia antifranquista, periodo que fue muy rico para su creación. Muerto el dictador y tras años de silencio y de «frustración ideológica» volvió con Descripción de la mentira, Lápidas, Arden las pérdidas o Libro del Frío. Esta luz reúne toda su poesía.
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