El espíritu de la Mallorca del XIX que Llorenç Villalonga describió en su novela Bearn o la casa de las muñecas volvió a sentirse ayer en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid, durante la presentación de la edición, -con ilustraciones del pintor Damià Jaume-, que acaba de promover el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) con motivo del cincuentenario de la publicación de la obra en castellano por la editorial palmesana Atlante, en 1956. Una delegación balear, encabezada por el president Jaume Matas, se desplazó a la Capital para dar a conocer este último proyecto del IEB y una obra literaria que el escritor y critico José Maria Guelbenzu calificó de «clásica».
En el acto, invitados por el IEB, participaron, además de Guelbenzu, el cineasta Jaime Chávarri, que dirigió la película Bearn en 1982, y Lola Salvador, guionista de la misma. Desde Mallorca viajaron también el conseller de Cultura del Govern, Francesc Fiol; Gabriel Janer Manila, presidente del IEB, y el escritor Jaume Pomar, biógrafo de Villalonga.
Guelbenzu analizó las caracteristicas de una novela que se dio a conocer cuando se publicó en catalán, en los años 60, y se preguntó cómo pudo pasar desapercibida en su primera edición castellana, concluyendo que tal vez sus elementos «volterianos y francmasones» no fueran del gusto de la España de entonces. Habló del «equilibrio compositivo» de Bearn o la casa de las muñecas, así como de la «lucidez, nobleza y estilo literario» de Villalonga, a quien describió como un «arquitecto» de la composición literaria en una novela que es «un retrato de la España del siglo XIX». Pero, sobre todo, el escritor y crítico la describió como «una novela moderna» en el camino «abierto por Flaubert» a partir de su obra cumbre La educación sentimenta.
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