La escritora mallorquina Antónia Vicens, en una imagen tomada en Barcelona. Foto: C.DOMÈNEC

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CARLES DOMÈNEC|BARCELONA

Antònia Vicens acaba de publicar Ungles perfectes, novela que edita Proa. La escritora de Santanyí narra una historia asfixiante y tierna de dos mujeres en un escenario corrompido por la droga y los negocios inmobiliarios. Con agilidad y ritmo , Vicens recurre a la riqueza del vocabulario mallorquín y retrata una sociedad que cambia inexorablemente.

-Las protagonistas de 'Ungles perfectes', ¿reclaman amor o buscan amistad?
-En las ciudades cada vez hay más soledad y ellas son amigas por puro azar. Carmen busca el amor de su vida, sin escrúpulos. Isabel, en cambio, se busca a ella misma. ¿Por qué recurre al mundo marginal de la droga y de la delincuencia? Para crear una crítica ácida de la sociedad, que cambia de una manera rápida y brutal. La persona no gana con este cambio. La globalización crea un capitalismo de víctimas.

-¿Qué persigue con la opresión de sus personajes?
-Como narradora, no me meto en los personajes, los muestro y dejo que el lector los juzgue a partir de sus actos. Carmen e Isabel tienen conflictos generacionales. En especial Isabel. Su hija siempre le dice que de joven no la trató bien. Es el problema de muchas mujeres solas.

-En la novela aparece una tierra con un futuro incierto que podría ser Mallorca.
-De hecho, no utilizo el nombre de Mallorca en la novela porque ya no existe, la trato como si fuera una persona violada.

-Empezó a escribir 'Ungles perfectes' en el año 2002, antes de los recientes casos de corrupción en Mallorca.
-Sí, eso significa que a veces la ficción se adelanta a la realidad, aunque ha sido un poco por azar. Me sorprende que los actuales casos de corrupción en la Isla no se descubrieran antes, porque se respiraban en el ambiente.

-¿Qué esconden unas uñas perfectas?
-He dejado un título abierto a la imaginación del lector. Para mí, unas uñas sugieren agresividad enmascarada. También pueden indicar la servitud al mundo de la belleza y a la juventud.

-¿A quién cree que puede ofender la novela?
-Espero que a nadie, porque lo importante es disfrutar de la lectura. Además, hay que destacar la ternura del libro, puesto que hay amistad, aunque sea en el límite, y enamoramientos.

-Opta por un estilo ágil, con mucha acción, con una gran riqueza de vocabulario propio del catalán de Mallorca.
-Esta novela requería una prosa ágil y, a la vez, concentrada. Debe decir más que si escribiera sobre la psicología de los personajes. En relación al lenguaje, yo no hago nunca concesiones.