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L.MOYÀ

Dos informes han diagnosticado que la rotura de una de las barras abrazaderas laterales del primer cubo de la escultura Bou, ubicada en Es Baluard, se debió a que el material de la barra rota no era el especificado por Santiago Calatrava, autor de la obra. La empresa suministradora, Metales Urimar, que adquirió el material de la fundición Wisco Española, no proporcionó la aleación requerida por el arquitecto y la presentó como si fuera correcta, como corroboran los certificados de calidad.

«El material pedido era un bronce en aluminio y el suministrado, un bronce en zinc, vulgarmente conocido como latón, una aleación más frágil que la especificada», señaló ayer en Palma Fernando Villalonga, representante del gabinete de Calatrava. No todo el material era incorrecto: sólo siete de las 35 barras de que se compone la escultura eran de latón, lo que demuestra que «se trata de diferentes coladas», dijo Villalonga.

Tanto Magisa, la empresa que se encargó de los trabajos de fundición, como Es Baluard y Santiago Calatrava están estudiando la posibilidad de «tomar medidas jurídicas contra Metales Urimar», según Rogelio Araújo, presidente de la Fundació Es Baluard. «Puede que a nivel económico el error no sea elevado, pero sí lo ha sido en cuanto a la imagen que se ha proyectado de los tres implicados. Hay que subsanar las irresponsabilidades en las que se han incurrido».

Durante los últimos días se han desmontado, ensayado y tomado muestras de otras barras, así como del resto de elementos de seguridad de la escultura. Las barras de latón se han desechado y se ha decidido fabricar otras nuevas de bronce al aluminio. Está previsto que los trabajos finalicen mañana y que se quiten los andamiajes que la recubren.