Miquel Vidal posa en la platea del Principal días antes de su reinauguración. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

TW
0

LAURA MOYÀ

La pasión de Miquel Vidal por un escenario al que adora le ha convertido en la memoria histórica del Principal. Conoce cada detalle, cada anécdota y cada problemática vividos por el teatro. Un teatro del que conserva imágenes únicas como una captada en 1858 tras el incendio que destruyó el recién reabierto Teatro de la Princesa en honor de la princesa Isabel Luisa, que poco después se convertiría en Isabel II. U otra anterior a la reforma de 1932 en la que se observa la forma de herradura original, recuperada con la última restauración llevada a cabo. También guarda carteles de conciertos protagonizados por Tomás Bretón, una entrada de platea de 1871 que encontró por casualidad o un dibujo orientativo de la Casa de las Comedias, el antecesor del Principal.

Miquel Vidal empezó a trabajar como administrador en el Teatre Principal en 1975. En aquella época, el espacio escénico palmesano estaba cerrado desde 1970 debido a las obras de recuperación que la Diputación había emprendido para adecentarlo de nuevo. Hasta aquel momento, el teatro había estado en manos privadas y, ahora, pasaba a manos públicas. Más de 30 años después, Vidal, recientemente jubilado, recuerda cada detalle de un Principal que conoce como si fuera su casa y que empieza una nueva etapa, otra más de su larga historia. «Recuerdo aquellos años con mucha ilusión. No teníamos medios ni experiencia, pero estábamos todos muy emocionados con el hecho de volver a poner en marcha el teatro», recuerda Vidal. Mucha «creatividad» y, sobre todo, mucha imaginación para adaptarse «al día a día» fueron las constantes de esa rehabilitación, que finalizó «el 21 de diciembre de 1977 con la reinauguración del Principal». Los encargados de reabrirlo fueron la Orquesta Nacional de España y el grupo Atrium Musicae.

Son sólo algunas de las anécdotas e historias que Miquel Vidal ha ido recopilando a lo largo de estos años, aunque no son las únicas. Por ejemplo, «ha habido tres generaciones de conserges de una misma familia» o que, «durante 120 años, el Principal estuvo dirigido por 40 concesionarios diferentes». Incluso sabe cuándo llegó por primera vez la luz eléctrica al teatro. De forma definitiva fue en 1905, aunque en 1881 se utilizó de forma puntual durante un espectáculo de la compañía ilusionista de Auboin-Brunet. ¿Cómo ve esta nueva etapa? «La reforma ha supuesto el punto y final a mi carrera. Cuando el teatro cerró en 2001, ya sabía que no volvería como administrador cuando se abriera de nuevo» ¿Por qué? «El Principal se ha adaptado a los nuevos tiempos y funciona de una forma totalmente diferente a la que conozco. Colaboraré en lo que haga falta, pero desde la segunda fila. Quiero disfrutar con el Principal».