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JULIO HERRANZ

Can Comasema, un edificio de estilo gótico tardío de los siglos XV-XVI, ubicado en las inmediaciones de la Catedral de Eivissa acoge desde el lunes el esperado Museu Puget, inaugurado por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y el alcalde Xico Tarrés, más las herederas de Narcís Puget Riquer, quien en 1982 donó al Estado español 150 obras (entre las propias y las de su padre, Narcís Puget Viñas), con la condición de que fueran expuestas en un museo propio.

Tras pasear por algunas de las nueve salas donde se expone la obra de los Puget, Carmen Calvo recordó las vicisitudes por las que había pasado el proyecto, atascado desde hacía tres años por falta de entendimiento entre el Ministerio de Cultura y el Govern balear, que era en principio quien tenía que gestionarlo. Atasco que se desbloqueó el pasado febrero con la cesión de la gestión al ayuntamiento por parte del ministerio. «Misión cumplida y responsabilidad resuelta de una manera impecable», precisó Calvo.

La ministra no ahorró elogios hacia el continente y el contenido del museo. «La obra está muy bien tratada y expuesta con una función didáctica importantísima. Una obra en la que se recrea de una manera bellísima una visión muy importante de las costumbres, tradiciones y la manera de ser y existir de esta isla». Un proyecto en el que el ministerio ha invertido «casi 1.600.000 euros»; con una superficie construida de 919 metros cuadrados (útiles, 716 metros cuadrados), distribuida en semisótano (administración, almacén y terraza), planta baja (recepción, tienda, aseos, patio y salas de exposiciones temporales; ya hay tres: Portmany, Tarrès, y Crivé) y planta primera (las nueve salas Puget) y cuarto de instalaciones.