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MARIANA DÍAZ/LAURA MOYÀ «El Ajuntament de Palma no ha estimado oportuno coorganizar un acontecimiento de estas características». Con estas palabras resumía ayer Eberhard Grosske, teniente de alcalde del área de Benestar Social i Participació de Cort, la decisión del Consistorio de no autorizar la realización del segundo Festival Pitch, que debía celebrarse mañana en el polígono de Son Rossinyol de Ciutat y que no contaba con la licencia de actividades, solicitada el pasado 30 de mayo, según Cort, aunque los organizadores dicen que la primera solicitud la hicieron el pasado 27 de abril. El hecho de la prohibición deja patente inexistencia de recintos en Mallorca con licencia de actividades para la realización de grandes espectáculos musicales. De hecho, aunque se celebren conciertos en muchos lugares, no existe ninguno.

La resolución tomada por Cort tiene como base un informe negativo de la Conselleria d'Interior con fecha del 31 de julio de este año y otro de la Policia Local del 15 de septiembre de 2006. El primero asegura que «resulta del todo imposible legalizar esta actividad». El segundo se realizó al finalizar la primera edición del Pitch y recoge los incidentes que se produjeron, entre ellos las quejas por ruidos de los vecinos de Son Sardina, Secar de la Real, El Amanecer y las viviendas próximas al recinto. El informe considera que, «si en años posteriores debe volver a realizarse el festival, no se considera procedente el lugar ya que, debido a la franja horaria en que se desarrolla (hasta las 6 de la mañana), son muchas las molestias que causa al vecindario por la proximidad de zonas habitadas».

Desde Ajuntament se señaló que, antes de tomar la decisión, se consultó a los responsables de las áreas de Policia Local, Dinamització Ciutadana, Sanitat y Manteniment, que concluyeron que, si se celebraba el Pitch, se vulneraría «la ordenanza municipal de regulación de horarios de apertura, además de superar los límites contra la contaminación por ruidos y vibraciones», según un comunicado remitido por Cort.

Para Grosske, «no se puede coorganizar un evento en el que se reúnen más de 10.000 personas sin que se cumplan todos los requisitos». «A partir de ahora, estudiaremos caso por caso la concesión de las licencias de actividades para todos los eventos que se realizan en Ciutat».

Como ya publicó ayer este diario, a 72 horas de le celebración del concierto sus organizadores no habían recibido respuesta de Cort en ningún sentido, y fueron ellos quienes, «porque queremos hacer las cosas dentro de la legalidad», dijeron, se dirigieron al Ajuntament para saber a qué atenerse. Fue ayer cuando, tras reunirse en Cort con el nuevo equipo municipal, recibieron, verbalmente, la negativa por la que Palma se queda sin un festival de música electrónica que atraía incluso a seguidores de la Península, que habían comprado su entrada por internet o en tiendas de Madrid y eran cerca de un millar. El festival tenía un presupuesto de unos 300.000 euros.