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AGENCIAS LONDRES La novelista británica Doris Lessing, quien se enteró que había ganado el premio Nobel de Literatura por los reporteros que la esperaban fuera de su casa, dijo que con el galardón completa la «escala real» de homenajes por su trabajo como escritora.

Sentada en una escalera en la puerta principal de su casa mientras el teléfono sonaba constantemente, la resuelta novelista de 87 años emitió una duro mensaje contra la guerra y contó que alguna vez un funcionario de la Academia Sueca le dijo que jamás ganaría el premio Nobel.

Los editores españoles de Doris Lessing, Lumen y Edicions 62, anunciaron que la nueva obra de la autora, The cleft, llegará a España en catalán y castellano en diciembre y que es una reflexión sobre la convivencia de hombres y mujeres y la escritura de la historia, a través de un senador de Roma .

Su «capacidad para transmitir la 'épica' de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria» constituyen la motivación del fallo del premio, leído ayer por el secretario de la Academia, Horace Engdahl.

Nacida el 22 de octubre de 1919 en Kermanshah, en la entonces Persia, hija de un militar y de una enfermera británicos, a los seis años se trasladó con su familia a Rodesia del Sur, la actual Zimbabue, en busca de mejores condiciones de vida. Su infancia en la granja familiar fue reflejada en su novela autobiográfica Dentro de mí, publicada en 1994.

Lessing es una autora comprometida con el mundo de la mujer y marcada por su experiencia vital en Africa. Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2001 y Premio s Médecis y Catalunya, entre otros muchos, la autora de El Cuaderno Dorado, novela que la catapultó a la fama, pertenece al movimiento de periodistas, novelistas y dramaturgos británicos que se rebelaron contra la sociedad a mediados del siglo pasado y que confirmaron una fecunda generación literaria.

Su obra de ficción, en buena medida autobiográfica, hunde sus raíces en sus recuerdos infantiles del continente negro y en su profundo compromiso social y político. Ha tratado en su prolífica obra del choque de diversas culturas, de las profundas injusticias de la desigualdad racial, de la expoliación de los nativos africanos por los colonos blancos o del conflicto entre la conciencia individual y el bienestar colectivo, entre otros muchos temas. En 1949 llegó a Inglaterracon el manuscrito de su primera novela, Canta la hierba, un texto sobre la vida en Africa que refleja ya su oposición a la política racial. En los años cincuenta militó en el Partido Comunista, que abandonó decepcionada por la cara oscura del estalinismo.