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CARLES DOMÈNEC / VALENCIA El edificio de los Octubre de Valencia podría albergar una sede de la cultura balear en un futuro inmediato. El director de Cultura del Govern, Pere Joan Martorell, se reunió esta semana con el editor y activista cultural valenciano, Eliseu Climent, para poder llegar a un convenio en el que se aprovechara la fenomenal edificación del Siglo, situada en el centro de la ciudad, para impulsar las actividades de los creadores baleares.

El próximo día 22 de noviembre, Martorell volverá a reunirse con Climent con la idea de «establecer una serie de propuestas de colaboraciones y, en contraprestación, crear unos vínculos de intercambio cultural», explicó en Valencia el mismo director balear. Se piensa en actividades como «la que tendrá lugar el próximo año, en el 800 aniversario del nacimiento de Jaume I, aunque también se contempla la posibilidad de tener a una persona encargada de la coordinación de actividades», desveló el director general de Cultura del Govern balear. Por su parte, el Gremi d'Editors baraja la posibilidad de que hubiera un comercial, que se encargara de promocionar los productos culturales insulares.

La idea es que en la programación del edificio Octubre Centre de Cultura Contemporània se incluyan actividades de nombres procedentes de las Islas. La librería Tres i Quatre, desde el año pasado integrada en el edificio Octubre, también permitiría que los ciudadanos valencianos pudieran encontrar títulos de autores baleares, de una manera semejante a lo que sucede en Barcelona con el Espai Mallorca.

El espacio barcelonés es, precisamente, un referente a la hora de crear una sede en Valencia, por el hecho de que opera como embajada cultural, por sus actividades semanales y por la librería con títulos de autores insulares. En el caso de Valencia sería el Govern, en vez del Consell de Mallorca, la institución a través de la que se canalizaría el contacto con la sociedad valenciana.

La directora del Espai Mallorca de Barcelona, Amanda Vich, se mostró «contenta de que una idea así pueda llegar a buen puerto en Valencia, porque demuestra que, después de diez años, el concepto de Espai Mallorca es válido en otras ciudades». Amanda Vich quiso recordar también «la necesidad de seguir avanzando sin olvidar lo que hasta ahora se ha creado, que debe crecer».