30/10/07 0:00
M.M.RAYÓ
Cuando Josep Piera recibió el encargo de llevar a cabo un proyecto sobre la figura de Joanot Martorell y de su obra, Tirant Lo Blanc, el escritor supo de inmediato que había que hacerlo desde una vertiente completamente nueva. Decidió que hacía falta traspasar la imagen literaria y dirigir el proyecto hacia otro arte. No dudó para nada de que la fotografía podía dar una perspectiva diferente del clásico de Martorell, ni tampoco que el fotógrafo Toni Catany era la persona idónea para narrar con sus imágenes la versión de Tirant. Piera «conocía los trabajos de Catany, su particular visión, que encajaba con nuestra idea» y al fotógrafo le entusiasmó el proyecto.
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