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Balears registra un índice de lectura del 57 por ciento de la población, lo que supera la media lectora nacional, que es de un 56'9 por ciento, según el Barómetro de Hábitos de lectura y compra de libros 2007 realizado por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

Así, Madrid es la región que cuenta con el índice superior, el 65 por ciento, mientras que otras cinco comunidades superan la media nacional: Catalunya, Canarias, Asturias, Aragón y Euskadi; Cantabria y Navarra la igualan y otras ocho comunidades no alcanzan el promedio nacional, Extremadura, La Rioja, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia.

La sociedad española entra, según las cifras del barómetro, en el mundo de la lectura poco a poco, aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar las cifras europeas. Los datos indican que el índice de lectura aumentó en 2007 un punto y medio con respecto a 2006 hasta alcanzar el 56'9 por ciento.

Un año más, las mujeres superan a los hombres en todas las franjas de edad en cuanto a los hábitos de la lectura se refiere. De esta manera, según el estudio el perfil de la persona lectora continúa siendo una mujer, universitaria y joven, que se decanta por las novelas en castellano y lee, principalmente, en casa.

Asimismo, los jóvenes encabezan la tasa de lectura, que se sitúa en el 73'3% para las edades comprendidas entre los 14 y los 24 años, a los que siguen las personas entre 25 y 34 años, de los que lee un 65'4%.

En el siguiente margen de edad, entre 35 y 44 años, la tasa alcanza el 62'2%, cifra cuya disminución es inversamente proporcional al aumento de la edad. Así, los lectores entre 45 y 54 años alcanzan el 59'1%, el 51'3% entre los 55 y 64 años y el 31'8% para los mayores de 65 años.

De esta forma, lo que no disminuye, sino todo lo contrario, es el índice de lectura en España que con respecto a 2006 aumentó un punto y medio, hasta el 56'9 por ciento. A pesar de la subida, que se traduce en 22 millones de lectores, la cifra aún se mantiene por debajo de los índices europeos, que se sitúan en torno al 70 por ciento, el 80 por ciento en el caso de los países nórdicos.