Los dos operarios descendiendo los cuarenta metros de altura tras pasar un cable de lado a lado. Foto: JOAN TORRES

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MARIANA DÍAZ

Dos operarios escaladores, varias cuerdas colgadas de la bóveda de crucería a una altura de cuarenta metros, tres redes de nilón y 4.000 euros más IVA de coste componen el primer operativo puesto en marcha por el Cabildo para reponer los cristales que se desprendieron el pasado día 14 del rosetón mayor de la Seu. El trabajo comenzó anteayer y deberá estar finalizado mañana porque, a las 21.30, tendrá lugar un concierto de la Orquestra Simfònica de Balears dirigida por Joan Valent, para celebrar el Dia de les Illes Balears.

En el interior de la Seu se trabajaba ayer a buen ritmo ante la mirada atónita de los turistas, que fotografiaban a los dos escaladores colgados de la cúpula gótica sobre un fondo impresionante, el rosetón, por el que se filtraba la luz del sol que los cristales de la vidriera descomponían en miles de colores. Mientras ellos se encontraban arriba cruzando de lado a lado del rosetón, -que mide casi 13 metros diámetro-, el cable al que iban a coser la malla, seguían desprendiéndose pequeños trozos del mortero que sujeta los cristales al marés.

Trabajar en lo alto, con un arnés como única protección, resulta «complicado». Es una labor lenta y concienzuda que debe llevar su propio ritmo, sin prisas, comentaban ayer los dos jóvenes especialistas. «Si nos dejamos una tuerca en uno de los lados del rosetón tardamos una media hora en poder cogerla», comentaban. De hecho, no pueden permanecer colgados muchas horas y «si se les cansa el cuerpo tienen que dejarlo», apuntaban los responsables de la Catedral.

Serán tres la mallas que se coloquen bajo el rosetón para impedir que los pedazos de mortero caigan al suelo. Habrá una más gruesa «para absorber los impactos y otras dos más pequeñas para que recojan el material que pueda traspasar la grande».