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MARIANA DÍAZ/ANA LARGO El arquitecto austríaco Manfred Wehdorn, profesor de la Universidad Técnica de Viena y restaurador de la catedral y el palacio imperial de dicha ciudad, entre otros edificios históricos, visitó este fin de semana la Seu, invitado por el Cabildo, donde mantuvo un cambio de impresiones sobre la misma con los arquitectos, el aparejador y algunos canónigos responsables del templo.

Wehdorn aseguró que la Catedral «no padece daños graves, aunque necesita atención primordial por se un monumento del mundo y es conveniente estudiar su estado para evitar problemas» en un futuro cercano. La luz interior es una de las cualidades de este templo, dijo.

La «acción del viento y el mar» siempre acarrearán problemas al edificio de la Seu, corrobora el arquitecto austríaco, desgaste al que se une la presencia constante de miles de visitantes al año.

Wehdorn recorrió el interior y exterior de la Seu, subió a las cubiertas, al campanario y visitó la Capella del Santíssim, donde se entusiasmó con la cerámica de Barceló. Antes de dar su impresión sobre la obra del artista, quiso explicar que «yo me siento arquitecto, también restauro, tengo unos 40 arquitectos que trabajan conmigo, enseño en la universidad, y mi especialidad es esta combinación de lo antiguo y lo moderno». Para él, un edificio como la Seu, «un monumento», es «como el cuerpo humano, que va cambiando a lo largo de su vida» y lo importante «no es que sea antiguo o moderno, sino la calidad, y esta capilla es algo estupendo que, seguro, sobrevivirá al tiempo como lo hace la intervención de Gaudí». La «idea que tuvo Gaudí al reformar la Seu es la misma actitud que tiene Barceló». Para este profesional, «han de estar satisfechos los de la Catedral que han dicho sí a esta obra de Barceló».

En este sentido, también le «encantó» el edificio del Museu Es Baluard, le pareció una «acertadísima» conjunción de lo «antiguo y lo moderno», que es su especialidad profesional, destacando, sobre todo, «la simplicidad» de líneas, «la simplicidad es una cosa muy bella», reflexionó, «y estoy seguro que sólo la simplicidad sobrevivirá».

Wehdorn conoció ayer el proyecto de otro arquitecto, el fallecido Constantino Ruggieri para los vitrales de la Capella de la Santíssima Trinitat de la Seu, por boca de los dos arquitectos italianos que trabajaron con él y que también se encuentran estos días de visita en la Seu. De dicho proyecto comentó que le parece «muy bello, perfecto, extraordinario»; destacó la «calidad» de los diseños, «que comparte con Gaudí y Barceló» y apuntó que darían más luz que los actuales, no tan buenos, en su opinión.