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CELIA HEREDIA «Una obra más de ideas que de formas», así describe Àlex Ollé el último montaje de la compañía La Fura dels Baus, Boris Godunov, que se estrena en el Auditòrium de Palma mañana, a las 22.00 horas y que permanecerá hasta el domingo.

Cuando se trata de terrorismo. «La mejor forma de combatir nuestros miedos es reflexionando sobre ellos», comenta Ollé. «Sabemos que es un tema complicado y por eso lo hemos tratado con mucha sensibilidad», matizando que un espectáculo Fura no es un espectáculo sobre terrorismo, pero sí que es fuerte emocionalmente.

Se abre el telón ante un público que durante toda la obra sólo deberá contemplar los hechos. El montaje comienza con Boris Godunov, pieza operística que Pushkin escribió en 1931 y que narra la historia de un arribista que llegó a zar en el s. XVII. «Se trata de un texto que habla de corrupción y del asalto al poder por parte de un impostor». «Queríamos hablar de la lucha por el poder, un mensaje político que, visto desde los terroristas, sería pretencioso, pero que en la pieza de Pushkin encajan muy bien».

De pronto, una docena de actores encapuchados asalta el teatro, se oyen disparos y la trama cambia por completo. El lugarteniente, el mesiánico, la enferma de venganza, la inconsciente bienintencionada, o la presencia de la mediadora, un personaje inspirado en la periodista asesinada Anna Politkovskaya. Todo un conjunto de personalidades que darán forma a un mundo paralelo para que la esencia de la obra: la lucha por el poder, cobre todo su sentido.

Los textos escritos por David Plana también incluyen lo que se pudo recuperar de los testimonios del suceso en el que está inspirado el montaje: el asalto de los muyahidines chechenos en 2002 al teatro Dubrovka de Moscú, donde murieron 130 personas.