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Las primeras en salir al recorrido: la presidenta del Consell, Francina Armengol, y la consellera de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró. Con un fragmento de L'illa de la calma, de Santiago Rusiñol, arrancaba en La Misericòrdia, donde se clausuraba la Fira del llibre Vell i d'Ocasió, el paseo literario Paraules al vent. Armegol apuntaba que «hay que hacer pedagogía de la lectura» y que los padres deben inculcar a los niños un hábito de lectura porque leer, como afirmó, es un placer.

La Plaça de Cort fue el punto de partida del resto de autoridades. Allí, desde Llibres Mallorca comentaron que algunas de las obras más demandadas fueron, entre otras, Els noms de fora porta de la ciutat de Mallorca, de Gaspar Valero; Les possessions de Mallorca, de Tomàs Vibot; El cel dins la memòria, de Miquel Mas Ferrà, o Memòries, de Jordi Pujol.

Novela, ensayo, literatura infantil y juvenil, cómic..., todos los géneros tuvieron ayer su protagonismo. Un mundo sin fin, de Ken Follett; Te daré la tierra, de Chufo Llorens, o El niño con el pijama de rayas, de John Boyne, fueron otros de los títulos más vendidos en el Dia del Llibre.

El misteri de l'amor, de Joan Miquel Oliver; L'any del embotit, de Ferran Torrent; L'últim patriarca, de Najat El Hachmi, o La mort i la pluja, de Guillem Frontera, fueron algunas de las obras en catalán más vendidas. Por la tarde, la afluencia de lectores fue mucho mayor por Palma y así lo transmitieron desde Literanta o Casatomada, que se situaron en la Plaça Major. Y es que la cantidad de actividades previstas ayer animó también a muchos a salir por Ciutat y recorrer la treintena de paradas. Así, en el Museu de Mallorca se organizó una fireta con obras procedentes de un espulgo realizado en el centro y que se cedieron a Amics del Museu.La celebración de Sant Jordi llegó también hasta los hospitales. La Clínica Palmaplanas regaló un libro a cada uno de sus pacientes hospitalizados.

Palma vivió el Dia del Llibre y se llenó de rosas y de paseantes. El veraniego día invitaba a ello.