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El Rey entregó ayer el premio Cervantes al poeta argentino Juan Gelman en una ceremonia en la que las referencias a su vida, marcada por el exilio y el sufrimiento, se cruzaron con su condición de poeta «desgarrador».

En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, el Rey, que calificó al poeta como uno de los más valiosos de los últimos tiempos, destacó que pese a su vida dramática «no se ha visto mermado su compromiso a favor de la dignidad humana, así como en defensa de los derechos humanos, de la verdad y la justicia».

«El magisterio de Gelman es evidente. Tanto en su palabra como en su lucha personal», precisó el Monarca.
Gelman vio cómo la dictadura militar argentina le persiguió a él, le arrebató a su hijo de 20 años, a su nuera embarazada y le quitó a su nieta, Macarena, quien, ahora recuperada tras años de búsqueda, estuvo ayer presente en la ceremonia.

Por todo ello, el emocionante discurso que Gelman pronunció en la ceremonia de entrega trajo el recuerdo del dolor y la memoria de los desaparecidos, su compromiso con los derechos humanos, la verdad, y su amor por la palabra poética. «Escribo para vivir», precisó recordando a la poeta rusa Marina Tsvetaeva
Gelman realizó una encendida defensa por la recuperación de la memoria: «Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego».

«Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí... alimentan preguntas incesantes: ¿Cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos? La nuestra es la verdad del sufrimiento», sentenció el autor de Miradas.

El poeta tuvo ayer palabras de elogio para la situación actual española «empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica», precisó.