José Martret, Lina Mira, Frieder Egermann, Josep Ramon Cerdà y Alejandra Brines. Foto: SERGE CASES

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ANA LARGO

No podía ser más idílico. Una copa fría de cava, buen cine y el regalo de una puesta de sol primaveral. Todo a bordo de un barco, el Barca Samba, mientras contemplamos las vistas de la bahía de Palma. El Festival de Cine Gay y Lésbico de Mallorca-Festival del Mar se renueva, sorprende y busca nuevos adeptos. La cita cinematográfica no quiere pasar desapercibida en la Isla y, según su director, Frieder Egermann, intentan «añadir extras, mimar el festival».

A pie de barco, se encontraban cinéfilos, directores y actores dispuestos a disfrutar de una hora de crucero agradable, aderezado con las proyecciones de los cortometrajes 41 Segundos, de Rodney Sewell, y Turistas, Marcos de Miguel. Y, precisamente, los cortometrajes cobran cada vez más protagonismo en el Festival del Mar, ya que se presentan 25 producciones, nueve de ellas, de directores españoles. «El cortometraje español goza de una calidad extraordinaria», destacó Egermann.

«Este festival está destinado a todos aquellos a quienes les gusta el cine de calidad», sostuvo el director, con el objetivo de subrayar que este encuentro cinematográfico internacional, que se prolongará hasta el próximo domingo, está dirigido a todos los públicos.

Sobre el único largometraje español en competición, Dos Miradas, el director del Festival de Cine Gay y Lésbico de Mallorca destacó que Sergio Candel, director del filme, muestra «una tensión tangible entre las dos protagonistas y transmite con muy pocos efectos, muchos sentimientos».

A la inauguración asistieron el delegado de Teatre de la Conselleria de Cultura del Govern, Josep Ramon Cerdà; además de algunos rostros conocidos como el director mallorquín José Martret o las actrices Lina Mira y Alejandra Brines.

Tras una hora de viaje y cine, el Festival del Mar desembarcó en Palma, donde comenzará a proyectar en el Teatre Municipal del Passeig Mallorca las cintas a competición. El domingo se despedirá con el documental Vint anys de lluita, de Jordi Julian Ripoll.