Albert Moragues, Josep Lluís Carod-Rovira y Josep Bargalló, ayer en Barcelona. Foto: CARLES DOMENEC

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C.DOMENEC x BARCELONA

«Es más fácil crear que rehacer». Así justificaba Albert Moragues, conseller de Presidència, las dificultades de Balears desde el año 2004 para regresar al Institut Ramon Llull después de su salida con el gobierno de Jaume Matas. Moragues escenificó ayer en la Generalitat de Catalunya, con el vicepresidente catalán, Josep-Lluís Carod-Rovira, y el director del Llull, Josep Bargalló, el fin de los trámites para permitir la reincorporación balear a la entidad. A nivel formal, el Govern ratificará el 5 de septiembre los nuevos estatutos y firmará el consorcio, y cuatro días después, el presidente de la Generalitat, José Montilla, y Carod-Rovira, viajarán a Palma para cerrar el pacto.

«El regreso a la normalidad supone una satisfacción y tenemos la sensación de volver a casa», afirmó Moragues. El conseller calificó el proceso lingüístico en Balears como «algo extraño porque el primer Partido Popular fue autor de una normalización lingüística modélica». Moragues añadió que «otro PP diferente destruyó todo ese edificio con el gobierno de Matas y decisiones que no tenían nada que ver con la lengua o la cultura», y expuso que «ahora volvemos a abrir las páginas de una historia común». En ese sentido, Moragues culpó al anterior Govern de «hacer una política negativa a la lengua común», y explicó que «sin activación de las administraciones, el único idioma en peligro es el catalán y Balears forma parte de este ámbito en peligro».

La nueva configuración del Llull hará que la entidad cuente con una sede en Palma cuya ubicación aún no se ha decidido. El programa de actividades tampoco se ha concretado pero, según Carod-Rovira, «el próximo año, habrá una presencia balear muy marcada». El vicepresidente de la Generalitat se refirió a la creación de «iniciativas muy novedosas en enseñanza del catalán fuera de nuestra área lingüística». Moragues incidió en «la necesidad de extender la idea de la presencia educativa no universitaria», y apuntó «el interés por las comunidades baleares lejanas, como las que existen en América Latina».

El nuevo Llull contará con un consorcio con los gobiernos catalán y balear y con una junta formada por cuatro representantes de cada territorio. Uno de los miembros de la parte balear será Sebastià Serra, director del Institut d'Estudis Baleàrics.

El consejo de dirección del consorcio también tendrá una estructura paritaria, con tres personas procedentes del Principat y tres de las Islas. En cambio, la participación en el presupuesto se ajustará en relación al número de habitantes. Por lo tanto, Catalunya aportará unas siete veces más que Balears.