TW
0
J.CLIMENT La subjetividad es, para muchos, una de las cualidades más importantes del arte. Entre los defensores de esta línea, se encuentra el reconocido sociólogo y crítico de arte barcelonés Arnau Puig i Grau, fundador de Dau al Set. Este fue el primer grupo de vanguardia artística aparecido tras la Guerra Civil Española y su revista, del mismo nombre, aglutinó a creadores como Tàpies, Cuixart, Joan Ponç y Joan Brossa, impulsando el vanguardismo en Catalunya y, por ende, en el resto de España.

Según explica el experto, «un dado tiene seis caras, pero nosotros queríamos que saliera otra cosa, una jugada imposible», de ahí el metafórico siete, que dotó de sentido a la denominación de un grupo decidido a nadar contracorriente en busca de sus «aspiraciones» individuales. Las mismas que Arnau Puig relaciona directamente con la «subjetividad», motor de Dau al Set y también de la muestra que lo ha traído a Palma con motivo de la Nit de L'Art.

Serie fotográfica
Esta última, recoge bajo el título de Esperant, la nueva serie fotográfica de Miquel Salom, que el crítico se encargará de presentar durante la inauguración de esta noche en la galería Joan Oliver 'Maneu'.

«No son fotografías en el sentido tradicional, como espejo o copia de la realidad», aclara Puig describiendo la técnica del artista que, mediante la desfragmentación, «dibuja con la luz». «En lugar de limitarse a un efecto mecánico, Miquel Salom interviene y ahí es dónde empieza el hecho artístico», o lo que es lo mismo, la subjetividad. «No son fotografías objetivas sino subjetivas, artísticas», añade reforzando su tesis.

Desde el momento en que una persona (artista o no) representa su «propia realidad» se convierte en un «imitador de Dios». «Antes nos creíamos que el mundo lo hacía otro y que sólo lo teníamos que contemplar, ahora vemos que lo podemos hacer nosotros», explica Puig, dejando asomar sus formas académicas (ha sido profesor de Filosofía y Letras y catedrático de estética en Barcelona). Valiéndose de un estilo didáctico y provocativo, ambas cualidades que se saben bien apreciadas por los alumnos, añade «a Dios no lo necesitamos, somos nosotros».