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C. HEREDIA Los paisajes de Mallorca han servido de inspiración a numerosos pintores, escritores y también músicos. El caso más reciente es el del compositor Barry Conyngham, que presentó anoche, en el Conservatori, el poema sinfónico Cala Tuent y lo hizo bajo la batuta del ex titular de la Orquestra Simfònica Geoffrey Simon.

Esta pieza, inspirada en Cala Tuent, uno de los bellos lugares de la Costa Nord, es un homenaje que Conyngham le ha querido hacer a Pere A. Serra, presidente-editor del Grup Serra, quien, en la presentación del programa para este concierto, confiesa que para él «es muy importante que nuestra Isla sea, una vez más, un centro de interés y de inspiración para el mundo del arte».

La Simfónica estaba preparada, se hizo silencio en el auditorio del Conservatori para que comenzara el concierto con una obra de Leo Brouwer, que precedió a Noches en los jardines de España, de Manuel de Falla. Ésta última, interpretada por el pianista Miquel Estelrich, junto a la Orquestra.

Después de un descanso, once acuarelas de la cala, realizadas por el pintor Nils Burwitz, se proyectaron en una gran pantalla, mientras sonaba el estreno mundial de Cala Tuent, un poema simfònico que evoca los diferentes momentos del día percibidos desde uno de los paisajes más bonitos de la Costa Nord. Un lugar lejano cuando la obra vuelva a sonar de nuevo en Australia y Hong Kong.

Entre los asistentes se encontraba el nuevo conseller de Turisme, Miquel Nadal; el director general de publicaciones del Grup Serra y director del Diari de Balears, Miquel Serra, acompañado por su esposa, Àngela Moreda y el pintor Nils Burwitz, entre otros.