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CELIA HEREDIA El Palacio Ducal de la villa de Medinaceli se convierte oficialmente desde hoy en un centro de arte contemporáneo. Es la muestra de Pep Roig la que marca el punto de partida en esta nueva sede cultural.

Resulta poco convencional el modo en el que la obra de Roig está expuesta al público. Ya que «una ampliación de los originales se exhibe en el hueco de los ventanales de la fachada del palacio. Una sala de exposiciones vertical», señaló Miquel Tugores, director de la Fundació Dearte, donde se reproduce «una selección de los dibujos que aparecen publicados en la página cuatro de Ultima Hora», señaló Roig, refiriéndose a unos ilustraciones llenas de ingenio e intención que, según Tugores, «cabalgan entre el arte contemporáneo y la tradición literaria, y en los que aparecen denuncias universales que atañen a toda la humanidad».

Además, las reproducciones también se pueden ver en una de las salas. «Lo de la fachada sólo es una reproducción de los que se puede ver en el interior. De esta forma, el visitante que camine por las calles de la villa se detendrá para ver los dibujos de Roig»

Ahora, las ruinas de un palacio construido en el siglo XV y abandonado desde la Guerra Civil se han convertido en un centro de arte para «dinamizar la vida social, económica y cultural de la Villa de Medinaceli», apuntó Tugores. A la muestra de Roig, le acompaña la exposición fotográfica El bosque apagado, de Alberto Herencia. Son fotografías, en negro carbón, con las que Herencia muestra el incendio que asoló una parte de los bosques de Guadalajara, en el verano de 2005. El director de la fundación aseguró que después de estas dos muestras le seguirá otra con la obra gráfica de Manuel Monpó, «pero no queríamos comenzar con un artista fuerte».