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Sólo recordando la imagen de su estrecho bigote, los movimientos de su bastón, su ágil sombrero y sus grandes zapatos, reconocemos la figura de Charlot, personaje que interpretó y creó el actor, director, guionista y músico Charles Chaplin (1889-1977). Su archivo familiar se abre para presentar en una gran exposición la vida y la obra del hombre al que se asociaba, ya entonces, inicios del XX, a un nuevo lenguaje, el cine mudo.

Casi cien años después de que sus primeras películas vieran la luz y llegaran al gran público, cautivando a los intelectuales y artistas de la época, CaixaForum inauguró ayer en Palma la exposición Chaplin, en imágenes, comisariada por Sam Stourdzé.

La primera parte de la muestra deja ver «cómo en los primeros años Charlot era un personaje desagradable, incluso vulgar, y cómo evoluciona hacia el humanismo. El cambio se produce con su salto de actor a director y de las películas cortas a las largas, donde necesita desarrollar un personaje», explicó el comisario.

La exposición exhibe el rigor con el que trabaja sus producciones cinematográficas, el vocabulario del movimiento, la caída del personaje, su exilio a Suiza y la muerte de Charlot. «En Tiempos modernos se oye su voz con la llegada del cine sonoro, pero será en El gran dictador, y más tarde en Luces de escena, cuando Chaplin habla y su gran personaje muere», dice Stourdzé.

Chaplin, en imágenes arranca con la segunda película que filmó y recoge material inédito como algunos storyboards, grabaciones familiares o imágenes de cástings.

La muestra, que ha viajado por París, Barcelona, Madrid y Valencia, estará en Palma hasta el 20 de septiembre.