Más de doscientas personas acompañaron ayer a Carlos Prieto en la inauguración de De París a Nueva York, que se expone en La Granja de Esporles. Las piezas son fruto de la estancia que el joven artista ha realizado durante casi un año en Nueva York.
Entre los asistentes destacó la presencia de la presidenta del Parlament, Maria Antònia Munar, que recorrió la exposición escuchando atentamente las explicaciones del artista. También acudieron el conseller de Turisme, Miquel Nadal; la teniente de batlessa de Medi Ambient, Cristina Cerdó, y el alcalde de Esporles, Miquel Ensenyat. El sector artístico estuvo representado por Luis Maraver, Lorenzo Martínez, Manolo Coronado, Tomàs Horrach, Tolo Albertí y José Aranda, entre otros. No faltaron a la cita la ex Miss Europa Maruja García Nicolau y su marido, el ex portero del Mallorca Martín Mora.
En esta exposición Carlos Prieto sigue considerándose como un «pintor de instantes», según sus propias palabras. Continúa centrándose en el ambiente oscuro y húmedo de los burdeles del París de hace dos siglos, en los que se evidencia la doble moralidad a través de madammes, clientes y las 'señoritas de compañía'.
Su interés por estos «tugurios», que retrata con toques de humor, se ha reafirmado y ha «madurado» durante su periplo neoyorquino. Esos meses de trabajo le han servido para potenciar el uso del color turquesa, perfecto sustituto del claroscuro porque congela «la frialdad de las situaciones» que pinta el artista.
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