Familiares, amigos, compañeros de profesión y miembros de las instituciones públicas de Balears acudieron ayer a dar su último adiós a la actriz y dramaturga Catalina Valls, la gran dama del teatro balear, un referente para el arte escénico y la cultura. El velatorio de sus restos mortales tuvo lugar en Son Valentí, desde las 08.00 hasta las 12.30 del mediodía. El funeral por su alma se celebrará mañana, a las 20.00, en la iglesia de Sant Sebastià de Palma.
Representantes de la Casa Catalana de Mallorca -donde la actriz recogió el premio Ars Magna el pasado septiembre-, del mundo del teatro y la televisión, tanto de su generación como más jóvenes, mostraron ayer sus condolencias a la familia y se apreciaban visiblemente afectados. No faltaron sus compañeros de Mossen Capellà y Llàgrima de sang, series en las que Valls realizó sus últimas apariciones.
Elisa Valls Miró, hija de la actriz, relataba ayer a Ultima Hora que el velatorio había transcurrido de una manera «fantástica y muy tranquila». «Ha venido muchísima gente, hemos recibido muchas flores y centros, es algo impresionate», contaba emocionada. «He tenido que ser muy fuerte, pero ahora me está dando el bajón, son momentos muy complicados».
Sobre el estado de salud de la actriz en sus últimos días, su hija aclaró que «mi madre no tenía ningún problema. Su salud era como la de una roca, pero era mayor y hace poco le había subido la glucosa».
Además, Elisa Valls Miró explicó que «mi madre había tenido un problema con una de sus inquilinas, y como era una persona que no discutía con nadie ni tenía problemas con nadie, desde ese momento no se le notaba igual de bien que siempre».
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