Lourdes Erroz, Pepa Ramon, Dominic Hull y Pere Mestre, fundadores de Estudi Zero. | M. À. Cañellas

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Se consideran «más teatreros que actores» y llevan 25 años cosechando algunos triunfos sonados, «haciendo de todo» en esto del arte de Talía y formando a generaciones de actores. Han levantado un teatro de un edificio en ruinas, el Sans; han «inoculado el virus en el público» y piensan «seguir dando guerra». Son Pepa Ramon, Lourdes Erroz, Dominic Hull y Pere Mestre, fundadores de la compañía Estudi Zero que este mes celebran estos años de avatares con la reposición, hasta el 31, de triunfadora La Cantant Calba, y una fiesta el próximo 29.

Surgieron «del teatro de calle hasta que nos metimos aquí [el Teatre Sans]» y entonces conseguían bastantes bolos «porque no había teatros». De ese tiempo en que «éramos jóvenes y todo nos ilusionaba mucho» y en que en Mallorca «bullía una atmósfera propicia» para la creatividad, recuerdan que iban por los pueblos y antes de actuar «teníamos que limpiar el teatro», o que viajaban por la Península con las cazuelas y el hornillo para preparase la comida. Hoy pueden disfrutar de su asentada Escola de Teatre; de haber creado una cincuentena de espectáculos, tanto infantiles como para adultos; de tener un público fiel en su café-teatro de la calle Can Sanç de Palma, en el que generan nuevas ofertas, como la ópera de butxaca, que ha acercado el género a «otros públicos» no habituales al mismo y estudian qué pueden ofrecer en un futuro inmediato.

Claro que no todo fueron alegrías y la reforma del Sans, que se alargó en tiempo y en presupuesto, la califican como «tiempos duros», ya que casi no contaron con ayudas públicas. Hoy, a pesar de la crisis, su público les respalda.