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Los fans de Sopa de Cabra se reencontraron ayer en Son Fusteret con la extinta banda catalana que ha incluido Palma en la minigira que conmemora el 25 aniversario de su creación y la década de su despedida en un memorable concierto en la sala Razzmatazz de Barcelona, cuando el grupo atravesaba su mejor momento.

Gerard Quintana, Josep Thió, Cuco Lisicic, Josep Bosch, Jaume Soler y Eduard Font conectaron desde los primeros temas de la noche con el público, casi 7.000 personas según calculó la organización. Un auténtico baño de multitudes.

Quince minutos después de la hora prevista, la fiesta de Sopa de Cabra arrancó con un «Bona nit, malparits!». Gerard Quintana agradecía la presencia en Palma de seguidores de todas las Islas y de todas las edades. Desde aquellos que ya cantaban sus temas en los noventa hasta las nuevas generaciones que, casi con total probabilidad, conocieron a Sopa de Cabra tras su despedida. Sin distinciones, todos les acompañaron en cada una de las canciones -la primera en sonar, El boig de la ciutat- y aplaudieron las palabras del vocalista, quien reivindicó el valor de la lengua catalana. «No podemos permitir en pleno siglo XXI que se pierda esta riqueza cultural porque algunos crean que no tiene valor».

El concierto siguió con Busco una llum o L'estació de França y grandes éxitos, como L'Empordà, El far del Sud o Camins, sonaron con la fuerza de antaño pero con variaciones musicales, arreglos más eléctricos, dentro de un repertorio elegido por sus seguidores a través de la web del grupo y de las descargas en Spotify. En esta minigira, que continúa con dos conciertos en Girona y otro en Tarragona, han incluido un tema, El que tinc, en tributo al desaparecido Joan Cardona 'Ninyin', fundador del grupo, allá por 1986.

Ayer, los catalanes -que llegaban eufóricos tras su rotundo éxito en el Palau Sant Jordi- brindaron a sus fans mallorquines la oportunidad de revivir muy buenos momentos convocados al grito de «Bona nit, malparits!».