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Cerca de 4.000 personas acompañaron ayer a José y David Muñoz, o lo que es lo mismo, Estopa, en su concierto en el velódromo del Palma Arena. El dúo presentó su nuevo repertorio, bajo el título Estopa 2.0. , en un concierto muy animado y concurrido, en un ambiente muy festivo y alegre donde la rumba canalla sonó con más fuerza que nunca.

Lo suyo fue un auténtico festín en el que no ocultaron su distanciamiento de las melodías aflamencadas que marcaron sus primeros pasos, algo ya latente en su nuevo elepé, en el que fusionan su tradicional sonido con otros estilos como el rock o el funk.

Con un escenario a la altura de cualquiera de las denominadas por muchos como 'bandas grandes', los hermanos Muñoz saltaron al escenario con un actitud de plena complicidad con su público y ataviados con un look muy casual. José, el vocalista, con tejanos y un polo a rayas negro y azul. La otra mitad, David, a la guitarra, también con jeans y camiseta negra.

Estopa revolucionó el Palma Arena, con sus dos protagonistas muy entregados a la causa y sobre las tablas de un escenario de muchos metros cuadrados, amparados en un sonido sólido y envolvente, y acompañado por unos efectos de luz y pantallas gigantes con proyecciones. Una cita musical espectacular que empezó apenas cinco minutos por encima de lo previsto. Y lo hicieron con la divertida y alocada canción Mañanitas , pista incluida en su última entrega discográfica.

El dúo de Cornellà ha creado un sonido propio pese a estar formado por retales de otros géneros, logrando resultados universales con esas rumbas atípicas, callejeras, aceleradas y un punto gamberras, que anoche hicieron vibrar a un público entregado que no dejó de corear himnos de la banda como Vino tinto , La primavera o Fin de semana .