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Acaba de volver del prestigioso South By South West de Austin y el Canadian Music Week de Toronto y con él las primeras copias promocionales de un trabajo, SLNT FLM, que supone un giro pronunciado respecto a la lujosa producción de su anterior Heavenly Hell, su debut en la multinacional Universal tras una sólida carrera en la autoedición. El nuevo disco de L.A., proyecto liderado por Luis Alberto Segura, suena añejo y espacioso. Se grabó en Los Angeles con el trío de productores Kevin Augunas, Mark Neill y Richard Swift y es el primero de tres EPs en camino. Una jugada arriesgada y una declaración de principios, como si quisiera distanciarse de la idea que los que le conocieron en 2009 se habían hecho de él.

—El sonido de SLNT FLM contrasta completamente con el de su anterior disco. ¿Fue algo deliberado o las canciones conducían en otra dirección?

—Las canciones ya pedían un sonido diferente del de Heavenly Hell. También quería probar cosas nuevas, ir más allá. Fue un lujo poder viajar a Los Angeles a perder el tiempo buscando ese sonido.

—¿Cómo ha sido grabar en los Sound City Studios con Augunas, Swift y Neill?

—Ha sido una gran experiencia, y muy provechosa. Hemos aprendido mucho, como ya aprendí muchísimo trabajando con Toni Noguera, productor de Heavenly Hell. En esta ocasión, con tres productores la cosa fue todavía más intensa si cabe. Cada uno de ellos tenía una labor más o menos definida y fue un trabajo muy fluido.

—Hay algo en SLNT FLM que recuerda a Chris Isaac, incluso a Roy Orbison, ese tono más grave y en blanco y negro.

—De hecho, de ahí viene el título del EP, porque durante la sesión de grabación nos sentíamos como si estuviéramos en una película muda. En cuanto a Isaac y Orbison, me gustan mucho ambos, pero en ningún momento han sido una inspiración para el disco. Sí lo han sido, más que nunca, los primeros Beatles y The Rolling Stones, presentes en nuestro día a día y en las mezclas.

—El sonido puede sorprender a algunos de los que se engancharon al grupo con el anterior disco. ¿Miedo a defraudar?

—Siempre hay algo de presión cuando el disco anterior ha funcionado. La gente te para por la calle y te pregunta por el nuevo disco. Si les ha gustado mucho, les parecerá difícil de superar. Eso acaba por afectarte de alguna forma, pero aprendes a confiar en ti mismo. Lo importante es hacer el tipo de disco que quieres.

—En general, parece un movimiento arriesgado. ¿Costó convencer la discográfica?

—Las primeras reuniones no fueron fáciles, pero una vez terminado el trabajo y cuando han visto el diseño y demás, lo han entendido y les ha encantado. De todos modos, siguen apoyando mis locuras.

—También parece un movimiento interesante, ya que a partir de este quiebro será libre para hacer lo que le venga en gana. Ya nadie sabrá que esperar.

—Sí, sin querer estoy sentando un precedente. Posiblemente ya nadie esperará una segunda parte de Heavenly Hell o SLNT FLM. No tengo ni idea de a dónde me va a llevar el próximo disco, pero SLNT FLM es un buen punto de partida.

—Ensayos casi a diario, viajes continuados y de cada vez más lejos… ¿Hasta dónde llega su compromiso y el de la banda con L.A.?

—Ahora mismo, mi compromiso y el de la banda no tienen límite. Iremos donde nos lleve todo este circo. Disfrutamos mucho con todo esto. Llevamos tres años así y lo que tenemos por delante promete ser duro e implicará mucho esfuerzo, pero será sin duda divertido.