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El nuevo edificio que la Autoridad Portuaria construye en el Moll Vell, un añadido acristalado al inmueble racionalista y art decó del arquitecto Enrique Juncosa Iglesias y datado en 1936, ha resultado una obra desafortunada, según explican desde ARCA, porque «empequeñece y ridiculiza al edificio histórico, al que le han puesto por encima una especie de boina que le quita prestancia».

El edificio de Juncosa Iglesias, un encargo de la compañía Transmediterránea, viene recogido, incluso con un dibujo de la fachada, en el libro Arquitectura Contemporánea de Mallorca 1900 - 1947 , del fallecido profesor de la Universitat de les Illes Miguel Seguí Aznar. Se trata de una construcción estilísticamente sencilla y geométrica, presidida por la verticalidad de las pilastras de dicha fachada.

Según fuentes de ARCA, el añadido contemporáneo, que firman los arquitectos García Ruiz, falla porque «seguramente, con el buen deseo de proteger el histórico, le han colocado un soleo que lo ridiculiza». Si bien el de 1936 «no era muy airoso, demostraba valentía en su verticalidad». Desde la entidad recuerdan: «Hace años que se pidió su protección y que fuera la sede del Museo Marítimo».

«El añadido no nos gusta, aunque tenemos claro que la ampliación, si era imprescindible, tenía que ser con un edificio moderno, no con un falso histórico, pero pensamos que ese diseño acristalado le hace un flaco favor». Porque desde ARCA también plantean un cambio de concepto, es decir, «¿por qué en un lugar en el que hay luz de sobra se tiende a los mamotretos de cristal como si estuviéramos en el norte de Europa, y no a una arquitectura más mediterránea, de celosías y verde?». Y ponen el ejemplo del arquitecto danés Jorn Utzon, Premio Pritzker de Arquitectura en 2003, quien cuando se retiró a Mallorca construyó dos casas para su familia que hoy son ejemplo de arquitectura contemporánea adaptada al lugar, con una atención especial a la construcción mallorquina de patios y a los materiales locales como el marés.