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«Ninguna infamia, ninguna amenaza, ninguna ley injusta y ningún decreto ofensivo nos hará retroceder en el camino de dignificación lingüístico cultural y cívica que iniciamos hace cincuenta años». Son palabras de Jaume Mateu, presidente de la Obra Cultural Balear (OCB), institución que ayer celebró su medio siglo de vida con un homenaje a la filóloga Aina Moll i Marquès, socia fundadora de la entidad, en el Teatre Xesc Forteza de Palma.

Los glosadors Pere Joan Munar y Macià Ferrer introdujeron la noche reivindicativa que se avecinaba ante más de un centenar de personas. Sobre el escenario, un lazo con una senyera y un piano de cola negro. La presentadora del acto, Rosa Campomar, daba paso a Isidor Marí, que leyó en público «una carta personal» dirigida a la protagonista de la velada. El filólogo recordó los ocho años que trabajó con Aina Moll «como los mejores de mi vida profesional» y tocó una canción ibicenca antes de dar paso a Cris Juanico, quien aportó el acento menorquín.

El catedrático Joan Miralles denunció «los ataques contra nuestra identidad, contra los catalanes y los mallorquines». Le siguió el pianista Joan Moll, hermano de Aina, a quien dedicó su actuación.

Aina Moll fue testigo del acontecimiento desde primera fila. Rodeada de familiares y amigos, se puso en pie para contar el episodio en el que peregrinaba por los pueblos donde había gente en contra del catalán. «La campaña de normalización empezó como réplica a un manifiesto en defensa de la lengua de un grupo de españolistas recalcitrantes», dijo. También se atrevió a dedicar un mensaje a los políticos de Balears: «A aquellos que quieren que desaparezca nuestra lengua les digo que no sólo la mantendremos, sino que la haremos crecer. Coraje y adelante. No ganarán».