Tardó cinco días desde que notó un hormigueo en los dedos de los pies hasta que se convirtió en una piedra: paralizado. Permaneció 42 días «infinitos», completamente inmóvil, únicamente le funcionaba el cerebro y ya no creía ni en los médicos. El pintor y escritor Manuel Baixauli (Sueca, 1963), durante su experiencia hospitalaria, víctima del Síndrome de Guillain-Barré, convirtió en obsesión un detalle, a priori, anodino. Era la imagen de la quinta planta, siempre cerrada, infranqueable, hermética. «Saber que era inaccesible hizo que mi cabeza empezara a imaginar qué podía haber ahí dentro, me venían imágenes fantasmagóricas que con tal de exorcizarlas decidí escribir un borrador», relata el autor de La cinquena planta (Proa), título que presentó ayer durante la Setmana del Llibre en Català, en La Misericòrdia.
Manuel Baixauli reconstruye su parálisis en ‘La cinquena planta'
Palma de Mallorca09/03/14 0:00
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Aunque puedas comunicarte,en el Hospital Sant Joan de Dèu,tampoco te serviría de nada.Hay ahí un buen puñado de "médicos" y "enfermeros" inútiles e incompetentes.