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El primer capítulo lo grabaron con 40 euros, en 2008. Entonces eran un grupo de ocho jóvenes parados que se apuntaron a un curso de audiovisuales para desempleados en Sevilla. De aquel encuentro surgió la posibilidad de rodar una serie online que titularían Malviviendo y que un lustro después se ha convertido en un fenómeno de masas por Internet, con millones de visitas en Youtube. Ahora requieren de 8.000 euros para rodar cada capítulo, según informa David Sainz, creador, director, guionista y protagonista que presenciará, junto al resto del reparto, la emisión del episodio noveno de su tercera y última temporada hoy, a las 23.00, en la Sala Es Gremi (Palma).

Después de tres temporadas los responsables de la serie han decidido su final. Les toca dar el salto al cine, concretamente mediante una película producida por Gervasio Iglesias ( Juan de los Muertos o Grupo 7 ) que consistirá en «un thriller de seis soldados perdidos en una tierra devastada por las guerras». La idea, cuyo título provisional es La sombra dentro , no tiene ni un ápice relacionado con Malviviendo , ni siquiera la temática, aunque sí habrá «humor negro».

La decisión de terminar la serie no es precipitada ni actual. «Desde el primer momento que encendimos la cámara para hacer un falso piloto que incluir en el currículum era para trabajar en el cine, ese siempre ha sido el objetivo», sostiene Sainz, triste por culminar una exitosa etapa a nivel de espectadores pero consciente de que «somos lo suficiente maduros para saber que este paso hay que darlo».

Una comedia sobre un barrio de clase media baja en Sevilla, donde «los canallas intentan sobrevivir», supone una compleja maquinaria engrasada a diario mediante «muchos personajes y localizaciones, con un presupuesto súper limitado basado en los estrenos y en los patrocinadores canábicos». Malviviendo 'roba' a los creadores «doce horas al día durante los siete días de la semana. No podemos seguir este ritmo, es una serie que ha ido muy bien y no quisiera estirarla y estropearla», concluye David Sainz, al otro lado del teléfono.