Cada canción del álbum es un universo individual, una «pequeña aventura», ha afirmado Taylor en la presentación del disco, del que ha destacado el tema «The Reckoning» (El juicio), una oda a la «energía de la creación» con el que el músico recuerda que existe un juicio final sobre las obras en el que se reconoce el trabajo del artista.
En este disco, el batería inglés ha contado con las voces de David Delgado y Cumie Dunio, además de la guitarra de Tolo Servera y otros músicos que le han acompañado en el camino de sacar adelante un disco «autoeditado».
Taylor ha explicado que su anterior trabajo lo grabó en estudios profesionales, pero quería que este fuera lo más «natural» posible, por lo que ha sido grabado en un ordenador de la escuela de idiomas en la que imparte clases durante los momentos libres entre hora y hora.
En «Bring on the void» el músico deja entrever las influencias del rock progresivo y hasta sinfónico, música con la que creció y entre las que destacan Pink Floyd, Génesis o Peter Gabriel.
El segundo álbum de Toby Taylor se muestra como la oposición entre tonos tiernos y oscuros porque «la vida es un contraste», ha afirmado.
De hecho, ha explicado que su caso es el de un músico que cuando tuvo hijos se vio obligado a buscarse la vida. Montó una escuela de idiomas, pero nunca dejó de escribir música hasta que, finalmente, le dio salida a sus creaciones con su primer trabajo, «Big day», que ahora continúa con un segundo disco.
En este álbum, Taylor quiere dejar que llegue «el vacío», desea que las personas encuentren un espacio en sus ajetreadas vidas en el que se dediquen «a la nada» y, con ello, «reafirmar su existencia».
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